Joyas que matan
Armas con incrustaciones de oro o de esmeraldas que fueron propiedad de narcotraficantes como Amado Carrillo, Héctor El Güero Palma y Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, fueron mostradas ayer al presidente Felipe Calderón como las “joyas” que forman parte del arsenal decomisado por las fuerzas armadas.
En el Día del Ejército, la Secretaría de la Defensa Nacional montó una exposición en el Campo Militar Número Uno, con una pequeña parte de las 220 mil 902 armas que están bajo su resguardo.
Si bien el armamento fue presentado como producto de decomisos de este sexenio, algunos revólveres fueron sacados del Museo del Narcotráfico, entre los que figura uno que fue del llamado El señor de los cielos, muerto en 1997, o un fusil AR15-223 con el nombre grabado de El Güero Palma en ambos costados y con un cargador de 60 cartuchos. La novedad fue el arma de El Mochomo, aprehendido durante la presente administración.
Cual guía de museo, el coronel Rafael Domínguez describió al mandatario las características de las armas, cada una con sus respectivos letreros de identificación, aunque no dejó de recordar a su invitado que los militares “somos blanco para el crimen organizado”, pero con el apoyo presidencial se ofrecen “buenas cuentas”, dijo.
“Aquí tienen algunas otras armas de reciente tecnología, como es el caso de la UP5 corta con su apuntador láser, y estas otras dos que son calibre 5.7, también llamadas five-seven, que por su alta tecnología y energía cinética tienen gran poder de penetración, incluso en chalecos blindados, de ahí que se le conozca como mata policías”, detalló el militar.
La explicación del coronel se completó con descripciones del “cuchillo pistola”, el revólver “águila del desierto”, de calibre 50, el mayor que existe, o la calibre 22, que –dijo– es “algo así como una arma pequeña, fácil de esconder, pero potente”.