Usted está aquí: viernes 22 de febrero de 2008 Sociedad y Justicia Nombran a Ricardo Watty obispo de la diócesis de Tepic

Destacado defensor de derechos humanos de migrantes

Nombran a Ricardo Watty obispo de la diócesis de Tepic

José Antonio Román

El papa Benedicto XVI designó a Ricardo Watty Urquidi obispo de la diócesis de Tepic, Nayarit, en sustitución de Alfonso Robles Cota, quien renunció al llegar a los 75 años, edad límite establecida en el Código de Derecho Canónico para todos los ministros, excepto para el pontífice.

Watty Urquidi, de 69 años, se desempeñó durante los pasados 19 años como obispo de la diócesis fronteriza de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde tuvo un destacado papel en la defensa de los derechos humanos de los migrantes.

Participó activamente, junto con otros obispos de México y Estados Unidos, en la carta pastoral más completa que han emitido episcopados sobre el tema migratorio, titulada Juntos en el camino de la esperanza; ya no somos extranjeros, dada a conocer el 23 de enero de 2003, y que hasta la fecha sigue siendo una guía en la pastoral de movilidad humana en las dos iglesias.

En un plazo no mayor a 45 días, Watty deberá tomar posesión de su nueva responsabilidad, además de que seguirá momentáneamente como administrador apostólico de Nuevo Laredo, hasta que el Papa designe a su sucesor en esa diócesis tamaulipeca.

Aunque mexicano, Watty Urquidi nació el 16 de julio de 1938 en San Diego, California. Fue ordenado sacerdote en la ciudad de México en 1968; y como presbítero enseñó en el seminario menor de Quetzaltenango, Guatemala, y de regreso a México se desempeñó como superior de su comunidad de Misioneros del Espíritu Santo. En 1980 fue nombrado obispo auxiliar de México, todavía con el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, y en 1989 fue nombrado primer obispo de la nueva diócesis de Nuevo Laredo.

Además de la migración, otro tema social en el que puso especial énfasis fue el de la violencia en su diócesis fronteriza, a causa del narcotráfico y el crimen organizado. En sus primeras declaraciones después de hacerse público su nuevo nombramiento, distribuidas por el Episcopado Mexicano, Watty lamentó el avance de este flagelo, que tiene a la ciudadanía en un constante clima de agresión y violencia, y en contra de los derechos humanos.

Y aunque hay gente buena, dijo, el problema es que hay algunas personas que hacen daño, como los narcotraficantes, “a las cuales yo siempre invito a que analicen su forma de vivir, de tratar a la sociedad, y que cambien y se conviertan”.

 
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