El proyecto, a contracorriente de lo que ocurre en Venezuela, Bolivia y Ecuador, señala
Standard & Poor’s: Calderón planea entregar Pemex “este año”
Advierte que la reforma constituye “un desafío político difícil” para las autoridades mexicanas
“Aligerar” las restricciones a la inversión privada, eje de las modificaciones, según análisis
Ampliar la imagen El secretario de Economía, Eduardo Sojo, saluda al diputado Mariano González. Atestigua la escena el senador panista Ramón Muñoz Foto: Notimex
La firma financiera internacional Standard and Poor’s (S&P) confirmó que el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa “está haciendo un intento por expandir el papel del sector privado” en el ámbito energético, en contraste con las políticas nacionalistas aplicadas en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Consideró que la liberalización del sector energético y el aumento de la inversión y producción constituyen “un desafío político difícil para el gobierno mexicano”.
Reconoció que quizás no haya un sector de la economía más “emblemático” cuando se trata de reformas macroeconómicas en América Latina que el energético.
En un oportuno análisis, la calificadora global de valores destacó que la fuerte transferencia de fondos de Petróleos Mexicanos (Pemex) al gobierno evita que la compañía emprenda inversiones suficientes para remplazar sus reservas.
Actualmente más de una tercera parte de los ingresos totales del gobierno provienen del sector del petróleo y del gas. Esto, aunado a la falta de tecnología de Pemex para perforar en aguas profundas, genera un riesgo de que México agote sus reservas energéticas en las próximas décadas, advirtió.
En el estudio titulado Se avecina la tormenta: calificaciones soberanas de América Latina en 2008, la firma financiera asegura que “es probable que el gobierno presente una ley de reforma energética más adelante este año, que proponga aligerar las restricciones a la inversión privada en el sector de derivados de energía y quizás incluso en exploración y producción”.
La producción de crudo cayó aproximadamente 5 por ciento en México durante 2007 debido –en parte– al mal clima y a la caída en la extracción del principal yacimiento petrolero del país (Cantarell). Actualmente las reservas probadas de petróleo en México son iguales a aproximadamente el valor de la producción de una década.
Sin embargo, México emprendió recientemente una reforma fiscal para ampliar su base de ingresos no petroleros resolviendo –parcialmente– su desafío fiscal de largo plazo para reducir su dependencia de los ingresos petroleros.
La reforma plantea una moderada disminución de las contribuciones de Pemex al gobierno, e impulsa su presupuesto de inversión.
El análisis hace referencia a los diferentes países de América Latina, los cuales han respondido de diferentes maneras al reciente incremento de los precios de la energía. Algunos han fomentado la inversión, tanto privada como pública, en el “próspero sector energético”. Otros han buscado restringir el papel de los capitales privados y expandir el papel del sector público.
Algunos gobiernos, agrega S&P, se han vuelto más dependientes de los ingresos del sector energético sin realizar intentos serios de ampliar su base tributaria al margen de esa actividad, mientras muy pocos han tratado de reducir su vulnerabilidad fiscal ante los volátiles ingresos derivados de los energéticos.
Varios países están usando sus mayores ingresos petroleros y de gas para aumentar el gasto público, por lo general mediante programas sociales.
“Países como Venezuela, Ecuador y Bolivia han seguido políticas nacionalistas sobre el uso de sus recursos naturales, tomando medidas para maximizar los ingresos actuales con el potencial costo sobre la inversión de largo plazo.
“La combinación del nacionalismo sobre los recursos naturales y el populismo en las políticas de gasto sólo aumenta la vulnerabilidad fiscal de estos países frente a una caída en los ingreso del sector energético”, señala el documento
El estudio señala que mientras naciones como Venezuela, Bolivia y Ecuador han retomado un papel nacionalista sobre el control de sus hidrocarburos, otros países como Brasil, Perú y Colombia están abriendo sus sectores energéticos a la inversión privada atrayendo más recursos hacia el sector del petróleo y del gas.