■ Parafraseando a Juan José Arreola, el mandatario defiende el diagnóstico sobre Pemex
México ya no necesita dirigentes de multitudes, sostiene Calderón
■ Que cada hombre sea capaz de conducirse por sí mismo
■ Refrenda el anhelo del escritor de “no ver en la patria actitudes paternalistas que buscan manipular conciencias y lucrar con las necesidades de las personas”
Ampliar la imagen El presidente Felipe Calderón, flanqueado por el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, y el secretario del Trabajo, Javier Lozano Foto: Notimex
Guadalajara, Jal., 31 de marzo. El presidente Felipe Calderón defendió el diagnóstico gubernamental sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), y citó al extinto escritor Juan José Arreola para advertir que México ya no necesita líderes importantes ni dirigentes de multitudes, sino que cada hombre sea capaz de conducirse por sí mismo.
Sin mencionar a Andrés Manuel López Obrador, pero en clara referencia al perredista que encabeza un movimiento opositor a la privatización de Pemex, explicó que a través de estas palabras el literato jalisciense manifestaba su anhelo de “no ver en la patria actitudes paternalistas que buscan manipular conciencias y lucrar con las necesidades de las personas”.
Después de 12 días de no hablar abiertamente sobre la reforma energética, el Presidente advirtió que el futuro de Pemex “está en nuestras manos”, y llamó a apoyar a México con “nacionalismo y decisión”, y a discutir de manera abierta, objetiva y serena las alternativas que existen para consolidar esta empresa “orgullo de todos los mexicanos”.
Un día después de que la Secretaría de Energía (Sener) presentara su diagnóstico sobre el petróleo, el michoacano aseguró –durante la inauguración de la segunda Feria Nacional del Empleo– que el documento es objetivo, con datos fundados y probados sobre la situación actual y los retos que enfrenta esta empresa nacional.
Plantea además que si se modifica el marco regulatorio de la paraestatal, México podrá aprovechar “cabalmente su riqueza petrolera”, que es y seguirá siendo patrimonio de todos los mexicanos.
En su intento por demostrar la gravedad de la situación petrolera del país y justificar la reforma energética, Calderón Hinojosa mencionó que México enfrenta desafíos como la caída de la producción en los principales yacimientos de hidrocarburos, de casi 300 mil barriles diarios de 2004 a 2007.
Se refirió, de igual forma, a la disminución en las reservas probadas de petróleo, que al ritmo de producción actual alcanzarían sólo para 9.2 años, y la creciente importación de gasolina, de la cual 40 por ciento ya viene del extranjero y se compra a un precio mayor de su venta al público.
Horas antes de que el coordinador parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado, Santiago Creel Miranda, aclarara que será ese partido en el Congreso y no el Ejecutivo federal el que enviará la iniciativa de reforma petrolera, Calderón lanzó en el Instituto Cultural Cabañas una crítica a los líderes, aunque siempre valiéndose de citas de Arreola.
Según el Presidente, al plantear el literato jalisciense que “México necesita que ya no haya líderes importantes ni dirigentes de multitudes, sino que cada hombre sea capaz de conducirse por sí mismo”, expresaba sus deseos de ver un México conformado por ciudadanos libres, conscientes de los retos como nación y capaces de salir adelante por su propio esfuerzo y trabajo.
Luego insistió en la necesidad de fortalecer a la paraestatal para que con más recursos, tecnología y capacidad de ejecución el país pueda aprovechar cabalmente su riqueza petrolera. Fortalecer a Petróleos Mexicanos, añadió el mandatario, significa dotar a la empresa de la suficiente autonomía, capacidad de ejecución, financiamiento, contratación, que le permita adquirir tecnología de punta, desarrollar proyectos múltiples al mismo tiempo y financiar la expansión acelerada de su producción.
Insistió en que fortalecer a la paraestatal implica también dotarla de los instrumentos necesarios para convertirla nuevamente en una de las cinco empresas petroleras más importante del mundo, sin distraer recursos del gasto público ni comprometer a las generaciones futuras.
Otro argumento con el que intentó justificar la reforma de la empresa es que México necesita mantener en vigor su economía y generar empleos en el contexto del “estancamiento” de los estadunidenses.
Convocó finalmente a debatir el futuro de Petróleos Mexicanos, porque “al hacerlo estamos defendiendo a la nación y a la soberanía. Hay que fortalecer a Pemex, porque fortalecer a Pemex es fortalecer a México”.