Astillero
■ Refugios
■ Censura legionaria
■ Mexicano en Sevilla
■ ¡Chucho, de interino!
Hoy, en Monterrey, lectores de una periodista protestarán frente a las oficinas del diario que “por restructuración de páginas” dejó fuera desde principios de mes la columna A bocajarro, de Sanjuana Martínez. Especializada en asuntos de pederastia clerical (ganadora del Premio Nacional de Periodismo por reportajes publicados en La Jornada), Sanjuana encontró freno a su trabajo cuando pasó de la difusión de casos nacionales (como la protección de Norberto Rivera y Juan Sandoval a sacerdotes abusadores de niños) al plano local, documentando, por ejemplo, que en la clínica El Refugio son “atendidos” los curas agresores sexuales, bajo el cobijo del cardenal Francisco Robles Ortega (las columnas publicadas, entre ellas la denominada “El Refugio del cardenal Robles”, pueden ser leídas en www.sanjuanamartinez.com).
A partir de que consideran esa “res- tructuración” como forma de censura, diversas organizaciones no guberna- mentales, y ciudadanos en general, han enviado cartas a la directora de Milenio-Diario de Monterrey, Roberta Garza Medina (pueden leerse en http://cartas-a-roberta-garza.blogspot.com y otros materiales están en http://ombudsman-del-lector.blogspot.com) en demanda de que sea repuesta esa voz que, consideran, ha sido silenciada en sus “denuncias de injusticia social”, como ha sucedido con Carmen Aristegui y Lydia Cacho. La directora de Milenio-Diario de Monterrey, donde dejaron de publicarse las entregas de Martínez, es hermana de Dionisio, principal accionista del Grupo Alfa, quien es miembro de los Legionarios de Cristo, y de Luis, vicario general de esta orden religiosa.
En otro tema, Alejandro Ordaz Moreno es ingeniero mexicano egresado de la Universidad de Guanajuato y estudiante de doctorado (con beca de Conacyt) en la Universidad de Sevilla, con especialidad en el área de ener-gías renovables. La madrugada del pasado 8 fue detenido por agentes de la Policía Nacional debido a que, según lo publicado por el Diario de Sevilla, se había recibido “una llamada de tres mujeres jóvenes que alertaban de que una persona las estaba acosando y no las dejaba en paz”. Para enfrentar una denuncia de ese tamaño “la Policía Nacional envió a la zona desde donde se produjo la llamada a una pareja mixta de paisano y con un vehículo camuflado”.
Según la narración oficial entregada a ese periódico, los agentes “pronto localizaron al sospechoso por la descripción que había dado una de las denunciantes; se bajaron del coche e identificaron al individuo. Éste, en un principio se negó y luego accedió a facilitar su documento de identidad a la agente. Mientras ésta tomaba nota de sus datos, el joven se abalanzó sobre ella y la cogió del cuello”. Ante esa situación, “el otro policía intentó ayudarla golpeando con los grilletes en la cabeza al agresor, pero éste seguía sin soltar a la mujer. Se entabló un forcejeo entre los policías y el joven y en consecuencia la agente perdió la pistola, que cayó al suelo. El agresor se lanzó rápidamente a por el arma, se hizo con ella y encañonó a la policía. Enseguida apretó hasta tres veces el gatillo dirigiendo la pistola hacia ella, pero el seguro impidió la salida de las balas. Al final el hombre fue reducido y detenido por la policía nacional”.
Ordaz Moreno ha enviado una carta en la que acepta haber salido de madrugada de un bar y, cuando estaba a setenta metros de su casa, fue interceptado por una pareja que actuó en forma tan rara (encubierta) que entró en pánico (“tenemos al chico moreno que quieres”, asegura que decía uno de ellos) y en cuanto pudo se abalanzó contra la mujer, a la que dio un puñetazo “por ser la que representaba un mayor peligro por tener pistola”. El estudiante huyó, pero fue capturado. Los policías (los originales, más nutridos refuerzos) le rompieron un diente con la cacha de un arma, le pegaron una paliza con macanas y pistolas, dejándole “diez suturaciones en la cabeza”, amenazaron con matarlo y “echarlo al río”, lo incomunicaron durante dos días (lo tienen en una prisión llamada Punto Cero) y lo agredieron racialmente: “en una ocasión, uno de los agentes metió su arma en mi boca y amenazó con dispararme”; en presencia del “jefe del lugar, me decía ‘indio de mierda, te vamos a regresar muerto a tu país de perros’”. El estudiante acepta haber cometido errores, está arrepentido y dispuesto a recibir el castigo que en justicia le corresponda. Pero se queja de que le están montando una “película” en la que aparece como peligrosísimo “asesino profesional” y que hayan sido violados sus derechos humanos. “La verdad es que esa noche yo iba muy borracho y sólo hice por escapar, y en el intento mantuve una pelea con dos personas que yo creía que me querían hacer daño, pero eso fue todo; yo sólo quería escapar de la situación.”
Astillas
Los actores de reparto (es decir, de repartimiento, de distribución) pronuncian sus parlamentos con toda seriedad: Germancito, el defensor de la conducta ética del abajo firmante Mouriño, reconoce, abatido, que su empresa de panadería no tiene los votos suficientes para sacar adelante un plan de rescate de tesoros, y el norteño Manlio FaBel se porta comprensivo, razonable, y, echándole bravatas de a mentiras al rejego Jelipe Pilatos, que se niega a enviar iniciativas, adelanta que buscará mecanismos para hacer suya (oh) la pretensión privatizadora panista… ¡Chucho queda de interino!, pero Jesús Ramírez, luego que Hugo fue despedido (si hubiese sido secretario de Gobernación aún seguiría en el cargo)… Billetes de a mil, pa’ demostrar que no hay riesgos de inflación… El presidente de Los Pinos debe ir preparando algún malestar de la espalda que le obligue a hospitalizarse (como lo hizo Fox) si algún tema candente se presenta en el consejo de seguridad de la ONU al que nuevamente busca llegar México, ahora con el apoyo pleno de los gobiernos de Latinoamérica… El IFE V. Zurita quiere mil 454 millones de pesos más de presupuesto. Como si fuera tan caro comprar cajas de cerillos… Y, mientras crecen las denuncias contra el acólito de Jalisco por dar noventa millones al gobernador Juan Sandoval para un santuario cristero, ¡hasta mañana!