■ Autoridades cierran la puerta a más excarcelaciones al disolver la mesa de reconciliación
Mantendrán huelga de hambre hasta que se libere a los 46 indígenas chiapanecos
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 31 de marzo. Mientras 13 ataúdes de cartón con la leyenda “Así nos quiere el gobierno” yacen en la escalinata del palacio de gobierno, esta tarde fueron liberados 20 de los presos en huelga de hambre y ayuno, durante un acto público que contrastó con el silencio de los medios ante la protesta que desde hace mes y medio sostienen 46 indígenas en tres cárceles de Chiapas y una de Tabasco.
De los indígenas que protestan en los ceresos del estado salieron nueve del 14 (El Amate), dos del 5 (San Cristóbal) y nueve del 17 (Catazajá). El resto de los detenidos anunció que mantendrán la acción hasta que salgan todos los presos inocentes, que tácitamente el gobierno de Juan Sabines está reconociendo como “políticos”, aunque los presenta como víctimas del gobierno anterior.
El ministro de Justicia, Amador Rodríguez Lozano, anunció que “la mesa de reconciliación termina sus tareas con este acto de liberación”, o sea, no habrá más excarcelaciones.
En un hecho grave ocurrido esta tarde, los liberados de Catazajá fueron, ya en Tuxtla Gutiérrez, “recapturados” por agentes policiacos, amarrados fuertemente de sus muñecas y algunos de ellos golpeados. Les dijeron que los iban a regresar a la cárcel, por lo cual no llegaron al acto de liberación. Finalmente sus abogados lograron que se respetara la excarcelacion.
Los indígenas que permanecen presos en los tres penales y sus familiares determinaron que seguirán en huelga de hambre y ayuno, y los liberados se sumaron al plantón la noche del lunes.
La noche del domingo, La Voz del Amate informaba: “Estamos teniendo graves problemas de salud. Algunos compañeros bajaron hasta 17 kilos, tienen fuertes dolores de cabeza y dos sangran por nariz y boca. Estamos en huelga de hambre desde el 25 de febrero y no ha habido una visión clara por nuestra libertad”. Algunos cumplen ya 36 días sin probar alimento.
Anoche salieron de El Amate ocho de los 14 presos en huelga de hambre, y uno que mantenía ayuno. Hoy fueron presentados junto con más de un centenar que no participaban en la protesta. En total, 137 personas de distintas organizaciones.
Quedaron libres Enrique Hernández Hernández y Pascual Heredia Hernández (Pueblo Creyente); José Luis López Sánchez, Ramón Guardaz Cruz y Jorge López López (Voz del Amate); Antonio Díaz Ruiz, de Simojovel, y Domingo Cruz Gómez, de Agua Azul Chico (“grupo zapatista”), Mateo Hernández Bautista (CIOAC) y su compañero Andrés Hernández Hernández, quien realizaba ayuno parcial. José Pérez Pérez, también el huelga de hambre, salió anoche del penal, y luego fue regresado, pues “se confundieron” las autoridades. Su situación es incierta.
Del Cereso 5 salieron Guadalupe Gómez Cruz (uno de los nueve de la Voz de los Llanos en huelga de hambre) y Felipe Gómez Pérez (uno de los seis ayunantes). En cuanto a los presos de Busiljá, en el Cereso de Catazajá, salieron ocho de los 12 en huelga y ayuno, y una mujer que estaba en el Cereso 5. Al acto en el palacio de gobierno sólo llegaron cuatro: Timoteo, Felipe y José Sánchez Gómez, y Amapola Gómez Pérez.
Entre los aplausos de un público a modo, el ministro de Justicia comparó la creación de su ministerio con la obra de Benito Juárez, y la liberación de esta tarde la definió como acción de un “gobierno de izquierda”. Los familiares de los presos en protesta, a quienes se impidió el paso, gritaban en la calle: “No estamos todos, faltan los presos en huelga de hambre”. De hecho, faltan otros 24 (y los dos zapatistas encarcelados en Tabasco).
“La liberación es un signo, pero no la solución. La impartición de justicia sigue siendo una llaga. El pobre no tiene quién lo defienda”, señaló Heriberto Cruz Vera, párroco de Tila, presente en el acto. El sacerdote Joel Padrón señaló que la libertad de algunos no termina con la movilizaciones por la libertad de los encarcelados.
En nombre del Frayba, Diego Cárdenas cuestionó que cada sexenio los gobernadores efectúen “liberaciones masivas”. El problema de fondo “es un sistema que propicia violaciones a los derechos humanos y alienta prácticas como la tortura”, dijo.