■ Exigen industriales reducir el costo de electricidad y combustibles
Carstens no basará estímulos en concepciones aldeanas o estrechas
Los programas de estímulo a la economía nacional no deben estar basados en concepciones “aldeanas”, “estrechas” ni en condiciones que pongan en riesgo las finanzas públicas, afirmó el secretario de Hacienda, Agustín Carstens Carstens, al responder a los reclamos de industriales para reducir el costo de las tarifas eléctricas y el precio de los combustibles fósiles que impactan en las cadenas productivas.
Al encabezar la celebración de la 90 asamblea general de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), el funcionario dijo que el gobierno ha puesto en marcha acciones contracíclicas para contrarrestar los efectos de la desaceleración económica en Estados Unidos, las cuales han dado resultados, aunque “no podemos estimular artificialmente la economía y el empleo con medidas que no serían viables”.
La declaración del secretario de Hacienda fue en respuesta a los reclamos del presidente relecto de Concamin, Ismael Plascencia Núñez, en sentido de revisar “urgentemente” la fórmula para calcular el precio de la energía eléctrica y tomar en cuenta el costo de oportunidad del productor para fijar los precios de los combustibles en el mercado nacional, para aminorar el impacto económico sobre el aparato productivo.
Carstens aceptó que se requiere acelerar el crecimiento económico, hacerlo sostenible y sustentable y generar muchos más empleos de calidad, pero advirtió: “porque sabemos la magnitud de los desafíos y porque las metas son ambiciosas, no podemos caer el visiones aldeanas o estrechas que contemplen sólo un ángulo particular de los problemas”.
Pero sobre todo, puntualizó, “no podemos estimular artificialmente la economía poniendo en riesgo las finanzas públicas o recurriendo a esquemas irresponsables que no serían viables a largo plazo”.
En cambio, propuso adoptar una estrategia que permita tener una oferta confiable de energéticos de alta calidad y con tarifas que reflejen los costos de oportunidad de los energéticos, pero alineados a las tarifas internacionales. Aunque insistió: “sin poner en riesgo las finanzas públicas”.