Itacate
■ Pictles y mole
El paisaje huasteco rodea la población de Embocadero, en Veracruz. Hacia el 18 de marzo empiezan a llegar visitantes de las comunidades cercanas, así como personas originarias de ahí que han emigrado a otros lugares del país e incluso a Estados Unidos. El 19 de marzo, día de san José, es la fiesta patronal.
Durante los cuatro días de la fiesta, los mayordomos tienen que dar de comer a todos los asistentes y asegurar música continua. Este año participaron dos grupos: una banda de aliento con su tambora y un grupo tradicional que toca la música ceremonial para la danza. Algunos espontáneos tocaron sones huastecos.
La danza ceremonial es de origen prehispánico; se conoce como de los Xochitines. Está asociada a las flores y al equinoccio de primavera; seguramente por eso se eligió la imagen de san José, que tiene una vara de azucenas en la mano que recuerda a los súchiles que describen los cronistas y que podemos ver en algunos códices.
Participan 12 jóvenes danzantes que llevan en una mano una sonaja y en la otra una vara adornada con flores de papel. Su tocado son coronas de cuatro puntas en las que hay papel de china plegado de vivos colores. Se desplegarán paulatinamente como flores el último día de la fiesta, al ritmo de la danza que acompañan un violín y la guitarra de siete cuerdas.
Todos los integrantes de la comunidad aportan bienes o trabajo para la fiesta. En forma organizada bajan por viajes de agua a un manantial que está cerca del río. Se les ve llegar a la casa y vaciar el agua en grandes contenedores.
Muy temprano en la mañana se empieza a escuchar el sonido del violín. A esa hora habrá café, tortillas recién hechas, frijoles negros y pan cocido en horno de bóveda; la merienda será muy similar. Para el almuerzo se sirven tortillas, frijoles negros y arroz, acompañados de una sabrosa bebida que llaman pulque; se elabora con pulpa de tamarindo fermentada con chancaca o piloncillo.
El día de la fiesta se prepara mole con carne de puerco; dos de los mayordomos adquirieron puercos de cerca de 80 kilos. Toda la carne se incluye en el mole; con las partes grasosas se hacen chicharrones.
En un gran cazo de cobre, llamado paila, se ponen desde el día anterior unos 40 cuartillos de maíz que se ha cultivado en las milpas de la localidad, para hacer el nixtamal. Las mujeres que ayudan al mayordomo elaboran las tortillas. Hacia el mediodía, con la misma masa, se hacen piques (pictle, envoltorio), que son grandes trozos de masa envueltos en hojas de papatla. Una vez cocidos se rebanan y se usan como acompañamiento del mole.