Usted está aquí: sábado 12 de abril de 2008 Política Los negocios del señor Julio César

Carlos Payán Velver

Los negocios del señor Julio César

Luego de escuchar la explicación que dio Felipe Calderón sobre el contenido de las diversas iniciativas que presentó en la Cámara de Senadores para la “modernización” de Petróleos Mexicanos me surgieron infinidad de preguntas y dudas. En torno a ellas aventuro dos hipótesis:

Los negocios del señor Julio César:

En su conjunto, la serie de acciones, contratos, convenios ampliados, etcétera, que anunció Calderón representa negocios por millones y millones de dólares que habrán de ser manejados, usufructuados y gozados fundamentalmente por la iniciativa privada nacional y extranjera. Atrás de ellos ya pululan los intermediarios, los comisionistas y, sobre todo, aquellos contratistas que quieren llevarse el gran pastel, dejando a Petróleos Mexicanos sólo la producción de crudo, faltaba más, si no es que ella, a fin de cuentas, va a ser compartida, también, con la iniciativa privada. El papel que asigna Calderón a Pemex, dotándolo de “autonomía de gestión” para que pueda, modernamente, celebrar todo tipo de contratos, con una cúpula administrativa designada en su mayor parte por el propio gobierno es la cereza del pastel: vía libre para entregar todo lo que haga falta. Todo ello aplica hacia una gran privatización, sin disfraces, cínica, arbitraria, violadora de la Constitución.

Julio César y la vida fársica:

Las reformas que propone Felipe Calderón me parece que ya han sido acordadas con el PRI, de tal manera que el debate se hará sólo en las cámaras, acotado, secuestrado, por decir lo menos. Va a resultar un acto fársico. Se aprobarán las reformas por los representantes legislativos del PAN y del PRI y sanseacabó. Debate: adiós para siempre.

 
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