■ Brindan las adelitas cálida recepción a Rosario Ibarra de Piedra
Nueva guerra sucia de medios de comunicación contra los activistas
Aún no amanecía y la oscuridad no permitía ver bien, pero las adelitas que hacían guardia en el cruce de la calle de Cuba con callejón Del 47 descubrieron una figura menuda que caminaba presurosa hacia el Eje Central.
Los gritos de “¡Rosario! ¡Rosario!” sacaron de su letargo a los policías, que también hacían guardia en el sitio y presenciaron luego los aplausos y felicitaciones de las brigadistas a la senadora Rosario Ibarra, quien pasó toda la noche en el recinto de Xicoténcatl y a las cinco de la mañana dejó un momento el lugar para ir a su casa a cambiarse de ropa.
Menos de dos horas después, doña Rosario, con su habitual vestido negro, regresó al Senado: esta vez entró directamente por Tacuba. “No la van a dejar pasar”, le dijo un elemento de seguridad pública, pero de nuevo las adelitas la vieron y le abrieron paso.
Emocionada, Rosario Ibarra contó luego, ya en el salón de sesiones, que esa brigada en contra de la privatización del petróleo lleva el nombre de Jesús Piedra Ibarra, su hijo desaparecido hace casi 40 años, durante la guerra sucia contra luchadores sociales.
La senadora se encontró ayer con otra guerra sucia, la que, manifestó, han emprendido los medios de comunicación en contra de los legisladores que decidieron un día antes tomar las tribuna del Senado y de la Cámara de Diputados, en exigencia de “que haya un debate real en torno a la propuesta de Felipe Calderón de privatizar Pemex”.
Ayer por la mañana el ambiente en el salón de plenos era muy distinto al que imperaba la noche anterior. En lo que fue “la primera velada”, los senadores vieron el video sobre la expropiación del petróleo, con aquel discurso histórico de Lázaro Cardenas para anunciar a los mexicanos la decisión de quitar los energéticos a empresas extranjeras.
Se despertaron ante una campaña mediática “de linchamiento”, como la calificaron luego los coordinadores del Frente Amplio Progresista. El senador Monreal rechazó que hayan asaltado o mantengan “secuestrado” al Congreso, como repitieron los principales noticiarios de Televisa.
Por la noche, los panistas Gustavo Madero y José González Morfín pasaron a visitar a sus homólogos del FAP. Monreal les agradeció por parar “al pendenciero y troglodita” legislador blanquiazul Felipe González, quien un día antes, durante la toma de la tribuna, los agredió.
Los senadores de PRD, PT y Convergencia decidieron luego que las guardias nocturnas en el salón de plenos sean a puerta cerrada a partir de la media noche, cuando los medios de comunicación ya no tendrán acceso, para evitar que les tomen fotos mientras están dormidos.
El perredista Carlos Navarrete recalcó, a su vez, que no hay tal secuestro del Congreso. “Lo que el Senado tiene en este momento es la expresión de una crisis política derivada de una reforma con tintes privatizadores”, puntualizó.
Rosario Ibarra pasó su segunda noche en el salón de plenos del Congreso “hecha un ovillito entre dos escaños” y en compañía de otro grupo de legisladores, entre ellos, Josefina Cota, Alejandro González Yáñez, Dante Delgado y Gabino Cué.