■ El auge de esta alternativa energética impulsa el alza de alimentos, destaca Jean Ziegler
La producción masiva de biocombustibles, “un crimen contra la humanidad”: ONU
■ La carestía de cereales crea una situación de emergencia en 37 países pobres: Jacques Diouf
Ampliar la imagen En transporte especial llegó a Sinaloa la secadora de maíz para la primera planta productora de etanol en México, que se instalará en el municipio de Navolato. En su etapa inicial podría producir 350 mil litros diarios del biocombustible Foto: Javier Valdez
Brasilia, 14 de abril. Pequeños agricultores de América Latina pidieron el lunes a la 30 Conferencia Regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), adoptar una moratoria que paralice la producción de biocombustibles, tras alertar del aumento en los precios de los alimentos en el mundo. En tanto, el presidente estadunidense, George W. Bush, ordenó el desbloqueo de unos 200 millones de dólares en ayuda de emergencia para enfrentar la crisis alimentaria que afecta a diversos países, en particular de África, anunció la Casa Blanca. En ese sentido, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, exhortó a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas y a largo plazo para enfrentar el alza en los alimentos, cuya evolución amenaza con graves consecuencias políticas y de seguridad.
“Rechazamos los agrocombustibles y pedimos la moratoria porque la producción de alimentos para crear energía está generando esta crisis de alimentos y el aumento de precios”, dijo Mario Ahumada, portavoz de la Conferencia para la Soberanía Alimentaria, que precedió a la 30 Conferencia Regional de la FAO, iniciada este lunes en Brasil.
“Tenemos que hacernos oír para que la FAO cumpla con su papel de defender la agricultura en el mundo y el derecho a la alimentación”, dijo Francisca Rodríguez, campesina de la Asociación de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile.
Los pequeños productores rurales, pescadores y otras organizaciones no gubernamentales vinculadas a Vía Campesina, que participan como observadores en la reunión, entraron en el meollo de la polémica que debate si el auge de los biocombustibles ayuda a impulsar alzas en alimentos.
El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, el suizo Jean Ziegler, declaró el lunes en Alemania que la producción masiva de biocombustibles es “un crimen contra la humanidad”, por su impacto en los precios mundiales de los alimentos.
La FAO denunció la semana pasada que el alza de los precios de los cereales crea una situación de emergencia en 37 países pobres. Aunque los factores considerados son múltiples, el director de la FAO, Jacques Diouf, reconoció en un artículo publicado en Brasil el pasado domingo que la producción de biocombustibles conlleva “incertidumbre”.
Estados Unidos y Brasil lideran la producción mundial de bioetanol, un aditivo que muchos países agregan a sus gasolinas para reducir la contaminación. Estados Unidos los produce con maíz y Brasil con caña de azúcar, y aseguran que tienen tierras suficientes para seguir cultivando alimentos y que no hay relación entre el alza del precio de los alimentos y la producción de etanol.
El Banco Mundial pidió el domingo a los gobiernos de los países miembros intervenir de urgencia para evitar que la crisis alimentaria empobrezca todavía más a unos 100 millones de personas en el mundo. El presidente del organismo, Robert Zoellick, advirtió que la crisis podría tener como consecuencia “siete años perdidos” en la erradicación del hambre en el mundo.