Los mexicanos asesinados en base de las FARC eran “terroristas”, según Uribe
■ Para el mandatario, los jóvenes mantenían relación de “familiaridad” con los guerrilleros
Cancún, QR, 16 de abril. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, reiteró su acusación de que los cuatro estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que fueron asesinados en la incursión extraterritorial de sus fuerzas armadas contra Ecuador eran terroristas, delincuentes y narcotraficantes, al revelar que las únicas pruebas son videos ecuatorianos que los muestran en “familiaridad” con los rebeldes, lo cual los acredita como pertenecientes a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A pregunta expresa de La Jornada sobre las pruebas fehacientes que liguen a los estudiantes mexicanos con los insurgentes, Uribe aseveró: “Estaban en un campamento terrorista. Por ejemplo, el video que entregaron las autoridades ecuatorianas muestra que tenían gran familiaridad con la FARC, algo propio de la complicidad, un delito que se llama concierto agravado para delinquir, para tipificar delitos de terrorismo”.
Señaló que su presencia en México obedeció a un imperativo moral y ético, porque tenía “que dar la cara al presidente Felipe Calderón, a la sociedad mexicana, a los familiares de los estudiantes muertos y a los medios de comunicación de este país”, y remarcó que los masacrados en el bombardeo “tuvieron el infortunado error de ir a un campamento de las FARC”.
Reconoció que el gobierno colombiano no sabía de la presencia de los estudiantes mexicanos en ese campamento: “Sabíamos que habíamos encontrado un campamento terrorista y fuimos cuidadosos en verificar con nuestra inteligencia que no hubiera casas campesinas alrededor ni población civil. Con eso hicimos un plan operativo contra el campamento terrorista, cumplimos las normas internacionales sobre la determinación del objetivo en el ataque contra un grupo terrorista que venía asesinando colombianos”.
Además, rechazó que la incursión de la fuerza aérea colombiana en territorio de Ecuador haya sido asesorada por Estados Unidos:
“Asumo personalmente la responsabilidad, porque fue una decisión soberana y autónoma del pueblo colombiano, que finalmente le puso fin (sic) a una pesadilla que venía sufriendo desde hace 40 años”.
En torno a la UNAM, el presidente Uribe declaró: “Es una institución respetable la máxima casa de estudios de México, que alberga 250 mil estudiantes y es una universidad pública. Yo soy egresado de una universidad estatal colombiana en el departamento de Antioquia, que con la distancia correspondiente es una universidad similar a la UNAM, con libertad de cátedra”.
Pero cuando los estudiantes, añadió, trasgreden las normas de la libertad de cátedra y llegan al terrorismo, en lugar de hacerle un bien a la sociedad le hacen un mal.
“Apoyo” a las investigaciones
“Está bien que hagan la crítica social, que deseen investigar, que ejerzan las libertades para lograr que la ciencia avance. Lo que no se puede permitir es que los jóvenes confundan las libertades con el ejercicio de las actividades terroristas. Si algo se necesita para el ejercicio de las libertades es paz”, manifestó.
El mandatario de Colombia informó que durante dos encuentros previos con Felipe Calderón éste le expresó su indignación por la muerte de los estudiantes universitarios y pidió al gobierno de Colombia que coadyuve en las investigaciones hasta sus últimas consecuencias.
Uribe afirmó que ayudará, como se comprometió con Calderón, pero eso no impide que manifieste su opinión de que los estudiantes universitarios eran “terroristas, delincuentes y narcotraficantes”.
Por separado, José Miguel Inzulsa, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), señaló que continúa con las conversaciones entre el gobierno de Ecuador y Colombia para resolver la crisis diplomática.
Uribe dijo que cuando vuelva a detectar campamentos de la FARC fuera de sus territorio lo notificará a la OEA y al gobierno de Ecuador, para que procedan a su disolución y captura, pero se reservó el derecho de defender con el uso de la fuerza lo que llamó la soberanía del pueblo colombiano.