■ Taberneros fundan clubes “privados” de fumadores para tratar de salvar sus negocios
Rebelión alemana contra ley antitabaco
■ El desplome hasta de 50% en sus ventas provocó un suicidio en Baden Wurtemberg
Ampliar la imagen Dos centenares de taberneros salieron a la calle a protestar contra la ley de protección a los no fumadores en el estado de Schleswig-Holstein
La ley de protección a los no fumadores, introducida de manera escalonada por las autoridades de cada uno de los 16 estados federados, ha provocado considerables pérdidas a bares y restaurantes, e incluso ha causado una primera víctima mortal. Un tabernero en el estado de Baden Wurtemberg, en el sur de Alemania, se quitó la vida después de que sus ingresos se desplomaran como resultado de la ley antitabaco. El hombre, no fumador, dejó un mensaje acusando a las autoridades de “practicar una burocracia desalmada y eficiente, como sólo se conoce de la perfección alemana”. El bar Die Bären (Los Osos), decorado con amor al detalle en el estilo de un pub irlandés, perdió la mitad de la clientela. El tabernero escribió en su mensaje haber luchado para salvar el lugar fundado hace más de 30 años en la localidad de Balingen, pero no pudo más. Baden Wurttemberg, Baja Sajonia, Bremen y Hesse fueron los primeros en introducir la ley, el primero de agosto de 2007.
A partir del 2008 la prohibición de fumar en restaurantes, bares y discotecas se extendió a Baviera, Berlín, Brandeburgo, Hamburgo, Sajonia, Sajonia Anhalt, Schlesswig-Holstein y Mecklemburgo-Pommerania Occidental. En febrero siguieron Renania Palatinado y Sarre. En Baviera, cuna de famosas cervecerías y especialidades culinarias, donde se impuso la regulación más severa de Alemania que en algunos locales ha provocado pérdidas de más de 50 por ciento en el volumen de negocio, taberneros y restauranteros han mostrado gran ingenio para salvar sus negocios de la quiebra. De unas 42 mil concesiones existentes en el estado, 5 mil locales se han transformado en “clubes de fumadores”. Sólo puede entrar quien es miembro, pero basta con pagar un euro y firmar.
“Brotan como hongos”, dice Christian Härtl, hostelero bávaro y convencido no fumador. Cuando Härtl vio desplomar sus ventas optó por la resistencia. Su local Großwirt (El gran tabernero), de Múnich, es ahora un club de fumadores. En la capital bávara, donde la presión de la competencia es mayor, 20 por ciento de los restaurantes y bares ya son clubes de fumadores o de “tertulias privadas”, figuras jurídicas que eximidas por la ley. Los fondos que se recaudan con las membresías son destinados a la Asociación para la Preservación de la Cultura Tabernera Bávara, movimiento fundado para luchar contra la prohibición total de fumar.
Protesta vía Internet
“Empezamos con 16 personas a finales de 2007, ahora ya tenemos más de 65 mil miembros y a diario ingresan unos 500 más. En tanto ya somos la tercera entre las asociaciones más fuertes en Baviera después de la asociación automovilista ADAC y de la asociación de aficionados del equipo Bayern Múnich”, dice su director, Heinrich Kohlhuber, en entrevista con La Jornada. Por cierto, Kohlhuber no fuma.
En la página web de la asociación, se puede buscar el bar de fumadores más cercano, también se puede llenar un formulario protestando contra la ley ante las autoridades locales y de paso advertirles que serán castigadas en las elecciones regionales el próximo 28 de septiembre.
Las zonas más afectadas son las más cercanas a la frontera con Austria y la República Checa. “Baviera comparte con Austria una frontera de 600 kilómetros de largo y las fronteras abiertas dan la oportunidad a todo el que vive cerca de viajar a Austria a cargar gasolina y de paso comer ahí, donde se puede fumar. Los restaurantes en Alemania se quedan vacíos”, afirma Kohlhuber. “De mantenerse esta ley esperamos más de 5 mil cierres de restaurantes y bares”, advierte, y pregunta exaltado por qué en Alemania son necesarias 16 distintas leyes, una por cada estado y cada una diferente. “¿Cómo aclararle al turista que en Heidelberg podrá fumar en un salón anexo, en Baviera no podrá hacerlo y en Berlín tal vez podrá fumar en el salón principal?”, pregunta Kohlhuber, y responde: “necesitamos un modelo parecido al español, que permita que los grandes restaurantes destinen espacios separados para fumadores y no fumadores y que los locales pequeños, con extensión menor a los 100 metros cuadrados, decidan ellos mismos si quieren ser un local para fumadores o no fumadores.”