■ Recursos prospectivos, con 1% de posibilidad de ser explotados, dicen
El tesoro petrolero en el fondo del mar, un espejismo: expertos
Ampliar la imagen Inconformes con la privatización petrolera Foto: José Carlo González
Los recursos petroleros conocidos como “prospectivos” o potenciales por un volumen estimado en 30 mil millones de barriles de petróleo en aguas profundas del Golfo de México –considerados por el gobierno como un “gran tesoro”– son sólo especulaciones y espejismos, porque no existen pruebas técnicas ni científicas que validen con certeza ese volumen, aseguraron expertos petroleros.
De acuerdo con la definición de Petróleos Mexicanos (Pemex) se considera recursos prospectivos al volumen de hidrocarburos estimado, a una fecha dada, de acumulaciones que todavía no se descubren pero que han sido inferidas, y que se estiman potencialmente recuperables.
Francisco Garaicochea, ingeniero petrolero, explicó en entrevista que los casi 55 mil millones de barriles de crudo en recursos prospectivos, que el gobierno asegura existen y que se encuentran en aguas profundas del Golfo de México, no son reales y “Pemex ha creado una confusión deliberada” para impulsar la apertura de áreas sustantivas de la industria a trasnacionales.
Pemex ha estimado que de un total de 54 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente de recursos prospectivos (potenciales) que tiene el país, el 55 por ciento o unos 30 mil millones de barriles de crudo equivalente, se localizan en aguas profundas del Golfo de México.
Sin embargo, hasta el momento no se ha realizado ninguna perforación de algún pozo exploratorio a profundidades de casi 3 mil metros que permita asegurar que existe ese volumen de hidrocarburos, ni se sabe de qué manera se cuantificó esa cantidad que se anuncia con mucha insistencia.
Información oficial de Pemex detalla que hasta la fecha se han perforado seis pozos exploratorios (Chukta-201; Nab-1; Noxal-1; Lackach-1; Llall-1 y Tamil) en tirantes de agua que fluctúan entre 513 y 988 metros de profundidad.
De estos, dijo el especialista, dos resultaron improductivos y los otros cuatro son poco rentables porque la recuperación del crudo, que es casi chapopote, no permite realizar todavía una explotación comercial remunerativa.
Por su parte, Antonio Gershenson, especialista en temas petroleros, precisó que los recursos prospectivos tiene una probabilidad de ser descubiertos de apenas 1 por ciento, por lo que el argumento del “gran tesoro” es una verdad a medias.
Explicó que existen tres tipos de clasificación de las reservas petroleras: reservas probadas, reservas probables y reservas posibles.
Se le llama probadas si la productividad comercial del yacimiento está apoyada por datos de producción reales o por pruebas de producción concluyentes y cuya susceptibilidad de ser explotadas es de 90 por ciento.
En tanto, las probables son aquellas no probadas en donde el análisis de la información geológica y de ingeniería del yacimiento sugiere que son más factibles de ser comercialmente recuperables que de lo contrario. Si se emplean métodos probabilistas para su evaluación, existiría una probabilidad de al menos 50 por ciento de que las cantidades a recuperar sean iguales o mayores que la suma de las reservas probadas más probables.
Mientras que las posibles son aquellos volúmenes de hidrocarburos cuya información geológica y de ingeniería sugiere que es menos segura su recuperación comercial que las reservas probables. En este caso su probabilidad de recuperación es de 10 por ciento.
Mientras que los recursos (petroleros) prospectivos al no tenerse certeza de que existen en volumen, calidad y rentabilidad su probabilidad de ser susceptibles de ser explotadas comercialmente se reduce a 1 por ciento. Por ello, consideró que la estrategia mediática del gobierno federal para convencer a la población de que en el fondo del mar existe un gran “tesoro”, no son declaraciones que se puedan presumir como reales, es decir, son mentiras.
Pemex reconoce que existen tres tipos de riesgos principales en los proyectos en aguas profundas: los geológicos, debidos a la complejidad de las estructuras geológicas y a la dificultad de identificar yacimientos, en algunos casos la presencia de cuerpos salinos deterioran las imágenes del subsuelo y disminuyen la probabilidad de descubrir yacimientos en estos ambientes.
Riesgos de operación; flujos de agua somera y flujos de gas que pudieran provocar reventones durante la perforación; corrientes submarinas y oleaje que ponen en riesgo las instalaciones de perforación e infraestructura de producción; disponibilidad de equipos de perforación, instalación y mantenimiento que incrementan los costos y retrasan las operaciones.