Usted está aquí: domingo 20 de abril de 2008 Política Relegó Calderón la coordinación para el diálogo y la negociación en Chiapas

■ Desde 2007 opera con magro presupuesto; este año se le asignaron 775 mil pesos

Relegó Calderón la coordinación para el diálogo y la negociación en Chiapas

■ Luis H. Álvarez, único interlocutor aceptado por el EZLN, sólo negoció con grupos oficialistas

Hermann Bellinghausen (Enviado)

Ampliar la imagen Desde el gobierno de Vicente Fox prácticamente desapareció la negociación con grupos zapatistas. La imagen, durante un encuentro en La Realidad Desde el gobierno de Vicente Fox prácticamente desapareció la negociación con grupos zapatistas. La imagen, durante un encuentro en La Realidad Foto: José Carlo González

Desde el inicio del gobierno de Felipe Calderón, la Coordinación para el Diálogo y la Negociación en Chiapas (Cdnch) fue relegada. A diferencia de lo ocurrido al iniciar la primera administración nacional panista, en 2000, cuando Vicente Fox designó una “carta fuerte” para encabezarla: el veterano Luis H. Álvarez, desde 2007 se le dejó en el limbo, casi sin titular y con magro presupuesto.

Todo un síntoma de la postración en que la había dejado su último titular, independientemente de que el nuevo gobierno federal no enunciara ninguna política definida respecto al conflicto de Chiapas. El comisionado Álvarez, el único que permaneció en el cargo un sexenio completo –si bien había llegado allí sin ninguna experiencia con los pueblos indígenas, salvo un decoroso paso por la primera Comisión para la Concordia y Pacificación (Cocopa) en el peor periodo de la guerra encubierta del gobierno zedillista–, el funcionario pasó a dirigir la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). No queda clara la diferencia entre una y otra funciones.

Este año, la Cdnch recibió un presupuesto de 775 mil pesos, ejercido por el sustituto de Álvarez, Hugo García, en lo que ahora que se pretende desaparecer, puede verse como un “apagas y te vas”. En 2003 su presupuesto fue superior a 2 millones.

Hace unos meses, el reportero Isaín Mandujano documentó: “el gobierno de Vicente Fox pagó 11 millones 765 mil 628 pesos a Luis H. Álvarez por sus ‘monólogos’ en la búsqueda de la paz y la reconciliación con el EZLN, como coordinador de una oficina que tuvo como presupuesto 12 millones 300 mil pesos durante el sexenio pasado”.

Álvarez fue no sólo el negociador gubernamental que más duró en el cargo, también el único al que “saludaron” los zapatistas. En un comunicado, el subcomandante Marcos reconoció “la seriedad, respeto y responsabilidad” del ex senador. También indicó que sería “interlocutor válido” en la medida en que el gobierno foxista cumpliera las tres condiciones para el diálogo: cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, desmilitarización de las comunidades y libertad de los presos zapatistas.

En los hechos, nunca existió negociación ni diálogo con los rebeldes durante la coordinación de Álvarez, aunque este proclamó mediáticamente “encuentros” casuales con “comandantes” y representantes del EZLN, que no tuvieron ningún efecto, como no fuera aumentar las tensiones en la zona.

Los acuerdos de San Andrés no se cumplieron. Se retiraron retenes y algunos campamentos militares, pero se mantuvo, hasta hoy, la militarización masiva de los territorios indígenas de Chiapas. Los zapatistas, que en 2001 estaban encarcelados, salieron libres. En ningún caso fue relevante la participación de la Cdnch.

Esto no significa que no sostuviera un activismo inusual. En seis años, Álvarez viajó 110 veces de la ciudad de México a Chiapas. Visitó comunidades indígenas incesantemente, en papel de gestor gubernamental, y sólo dialogando con organizaciones oficialistas (priístas o perredistas) y toda clase de funcionarios y legisladores. Se convirtió en ventanilla ambulante de recolección de demandas y quejas, y apoyó la “asignación de recursos” para proyectos, programas y obras públicas en comunidades no zapatistas, o donde los zapatistas no fueron considerados y sí, con frecuencia, combatidos.

La coordinación, creada al calor del levantamiento zapatista, en enero de 1994, tuvo vida como tal en los dos procesos de diálogo establecidos entre el EZLN y el gobierno federal. Primero en San Cristóbal de las Casas, en 1994, y luego en San Andrés Larráinzar (nombre oficial de ese municipio tzotzil, en honor al último hacendado que acaparó sus territorios en la primera mitad del siglo XX).

Durante la prolongada gestión de Luis H. Álvarez, la Cdnch cultivó la “reconciliación” del gobierno con las organizaciones que no estaban en rebeldía, sin ningún efecto en la concordia de los pueblos, y menos en la eventual desmilitarización o el abandonado proceso de paz en Chiapas.

 
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