Refuerza Centroamérica políticas agrícolas
San José, 19 de abril. Ante la escasez y la carestía de algunos alimentos básicos en la dieta de los centroamericanos, como el maíz o el frijol, la región acelera planes de siembra de grano en un intento de atajar los precios que contribuyen a aumentar la inflación y afectan, en particular, a los más pobres.
Aunque hasta ahora las protestas fueron tímidas –panaderos salvadoreños salieron a la calle e hicieron huelga para pedir subvenciones a la harina de trigo, que pasó de 35 y 40 dólares el saco de 25 kilos a 58 dólares, y recientemente unos pocos hondureños– los gobiernos comenzaron a tomar medidas para prevenir una crisis de mayores proporciones.
“Todos los gobiernos han comenzado a reforzar los presupuestos de los ministerios de Agricultura”, admitió el titular de esta cartera de El Salvador, Mario Salaverría, anfitrión de una reunión regional para elaborar planes de emergencia.
En Nicaragua, con una inflación de 18.91 por ciento de la que más de la mitad se debe al aumento de los alimentos y las bebidas, el mandatario Daniel Ortega planteó esta semana una reunión de presidentes de la región el 7 de mayo, para perfilar “una estrategia agroalimentaria de largo plazo” para hacer frente a la crisis alimentaria en los países del istmo.
En Honduras, donde al igual que en Guatemala el maíz está presente en la mesa tanto de ricos como de pobres, este grano, de cuyo consumo el país importa la mitad de Estados Unidos, aumentó 60 por ciento en los últimos meses. El país aumentó la producción y este año el área de cultivo tendrá casi 409 mil hectáreas más.
Costa Rica, con una inflación de 11.04 por ciento -una de las más altas de la región- también estudia el lanzamiento de un programa de siembra de granos básicos para hacer frente a los precios internacionales, después de que hace 20 años opt