■ Permite hacer frente al cambio climático y además garantizará el abasto, argumenta

Impulsa la Comisión Europea inversión privada en generación de energía nuclear

■ Es necesario reforzar la cooperación en seguridad de las instalaciones y el tratamiento de residuos

Afp

Bruselas, 19 de abril. Mientras en España se reaviva el debate sobre el uso de la energía nuclear, la Comisión Europea anunció esta semana que va a buscar vías para facilitar la inversión privada en ese campo, dentro de su estrategia para luchar contra el cambio climático y garantizar el suministro energético.

“La energía nuclear aporta una importante contribución en nuestro combate contra el cambio climático y nuestra seguridad de abastecimiento en energía”, indicó el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, al referirse a la visión de Bruselas sobre este tema ‘tabú’ en la Unión Europea (UE).

“Pero necesitamos reforzar la cooperación entre los estados miembros de la UE en los problemas vinculados con la seguridad de las instalaciones nucleares y el tratamiento de los residuos”, continuó Piebalgs. En ese marco, la Comisión “está examinando vías para solucionar las dificultades en la concesión de licencias, financiamiento y los diferentes regímenes de responsabilidad en caso de accidente”, mientras se acerca el momento de “inversiones sustanciales” para reemplazar viejas plantas nucleares.

En España, en tanto, la discusión sobre la conveniencia o no de abrir un debate político de ámbito nacional acerca del uso de la energía nuclear se ha revitalizado en los últimos días, a raíz de un incidente en la central de Ascó II (Tarragona) y al imparable ascenso del precio del petróleo. Esta semana se ha demostrado que Ascó II sufrió una fuga de partículas radiactivas de mayor importancia de lo que en un principio informó la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (ANAV), propietaria de la planta. “Se han detectado algunas partículas radiactivas procedentes de la ventilación de la planta atómica, si bien resulta de escasa significación radiológica”, admitió ANAV.

Tanto la organización ecologista Greenpeace como la formación parlamentaria Izquierda Unida argumentaron que lo sucedido en Ascó II “pone de relieve” el peligro de la vía nuclear “como fórmula energética”. “Ha quedado demostrada una vez más el peligro que supone el uso de la energía nuclear, tanto para la salud humana, como para la del medio ambiente. En la fuga de Ascó se han detectado niveles importantes de contaminación radioactiva de al menos cinco curios por partícula de cobalto, manganeso y otros elementos”, denunció Greenpeace.

España inició la producción de energía nuclear en 1968, y en 1984 el entonces presidente de Gobierno, Felipe González, decidió paralizar el programa de construcción de centrales, lo que se conoce como “moratoria”.

En la actualidad, España consume alrededor de 20 por ciento de energía eléctrica de origen nuclear, comprada en gran parte a Francia, y cuenta con seis centrales en funcionamiento (Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Santa María de Garona, Trillo I y Vandellós II). Además, dispone de otra en proceso de desmantelamiento (Vandellós I), una fábrica de combustible nuclear en Salamanca (Juzbado), y un centro de almacenamiento de residuos radiactivos de baja y media actividad en Córdoba (El Cábril).

Frente a la divergencia de opiniones existente, el empresariado español apuesta en términos generales de forma clara por la alternativa atómica y expresa que la salida nuclear es “la mejor” opción. “Aunque parece la más denostada, es la más segura en cuanto a suministro, la más barata y la más ecológica. La CEOE va a apostar clarísimamente por la energía nuclear civil. Si apagamos la energía nuclear, España se paga”, manifestó esta semana Antonio Garmendi, responsable del área energética de la organización empresarial CEOE.