■ Existen severos temores de fraude, afirma Martín Almada
Vibra el país ante el posible triunfo opositor: premio Nobel Alternativo
Buenos Aires, 19 de abril. Gran esperanza pero también expectativas y viejas amenazas marcan uno de los momentos más importantes de la historia de Paraguay, ante la posibilidad de un triunfo del ex obispo Fernando Lugo al frente de la coalición Alianza para el Cambio (APC), que significaría el fin real de la dictadura de Alfredo Stroessner y su continuidad “por otras vías” los últimos años.
Martín Almada, luchador por los derechos humanos y premio Nobel Alternativo, analizó para La Jornada, en su breve paso por Argentina el pasado 14 de abril, el momento que vive Paraguay.
“Estamos vibrando todos, porque podría significar la muerte de todo lo viejo y corrupto, recuperaríamos el derecho a vivir alguna vez en democracia y que finalmente el centenario Partido Colorado de la dictadura terminara con más de 61 años de poder inmoral”
Almada sostiene que hay severos temores de fraude y algunos signos amenazantes en lo que fue la campaña de guerra sucia contra el candidato de la APC, el ex obispo Fernando Lugo.
Considera que la mayor seguridad es la presencia de observadores de todo el mundo y especialmente de los países vecinos, incluyendo organismos de derechos humanos. Almada denunció incluso presiones por parte del gobierno sobre dueños de hoteles donde se alojan extranjeros.
“Lugo va adelante y si no hay fraude podría ganar por 10 puntos de diferencia sobre el primer aspirante del Partido Colorado, organización que va dividida. Los temores surgen precisamente de la antesala de guerra sucia que marcó estas elecciones y de algunos movimientos militares”.
Para el hombre que al buscar su habeas data descubrió los archivos de la tiranía de Stroessner en 1992, los temores son fundados por la historia de la dictadura y sus sucesores, y también por otros factores internos y externos de poder que no quieren cambios, porque “están anudados por lazos de la corrupción y los intereses”.
También recordó la fuerte represión contra los campesinos paraguayos y “la reciente brutal acción contra una marcha de los sin techo, que muestran la tragedia de la continuidad dictatorial”.
Almada hace referencia a las denuncias del presidente Nicanor Duarte Frutos, quien en los últimos días mencionó la llegada de “agitadores de Venezuela y Ecuador para quemar propiedades”, y relaciona esto con las actitudes de la dictadura de Stroessner.
Duarte Frutos dijo que de todos esos desmanes iba a ser “culpable Lugo y su banda de secuestradores y terroristas”.
Amparado en estos dichos, el comandante de las fuerzas armadas, Bernardino Soto Estigarribia, anunció hace dos días el acuartelamiento de las tropas, pues se “manejan informaciones de hechos violentos en las elecciones”.
En Argentina, donde viven más de un millón de paraguayos, la decisión del gobierno de la presidenta Cristina Fernández, de dar asueto y otras posibilidades de licencia a los paraguayos que trabajan aquí para que puedan ir a votar a su país, originó un fenómeno político muy especial.
Miles de paraguayos están viajando a estas horas, por tren y autobuses, y deben hacer frente a otro problema de la naturaleza, que es el humo que cubre las rutas que van a Paraguay por el incendio de pastizales provocado por inescrupulosos agricultores.
Mientras, organizaciones sociales y sindicales argentinas han ayudado solidariamente a los paraguayos para que viajen a votar a su país y existe una fuerte misión de observadores locales, entre las cuáles están las dos ramaficaciones de Madres de Plaza de Mayo y artistas reconocidos.