■ El violinista mexicano falleció la noche del sábado
Rinde la OFUNAM homenaje póstumo a su atril principal, Daniel Burgos
■ Le dedicó ayer un concierto de dos horas con música de Mozart
El maestro Daniel Burgos recibió un homenaje tumultuario unas pocas horas después de expirar: la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), de la que fue atril principal durante décadas, le dedicó un minuto de silencio y d
Como no existen las casualidades, el gran reconocimiento en vida que recibió este hombre de inmensa bondad, luengas barbas blancas y una sabiduría proverbial, fue precisamente la Medalla Mozart, que recibió en Bellas Artes apenas en enero pasado. Fue el epicentro de una ovación estremecedora.
Octogenario, Daniel Burgos emblematizó durante los meses recientes el amor por la música y las instituciones musicales mexicanas. Entregó su vida a la cultura nacional.
Llegó como concertino a la Orquesta Filarmónica de la máxima casa de estudios, convocado por José F. Vázquez, quien con José Rocabruna fue el director fundador, hace 71 años, de ese bien común.
En los años 80 tomó el violín principal de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, cuyo sonido elevó a niveles supremos.
Varias generaciones de melómanos le debemos muchas enseñanzas. Siempre sonriente, compartía su dulce sarcasmo, anécdotas y sobre todo indicaciones de estructura musical con quien se acercara a él.
Expiró la noche del sábado, poco antes de que su orquesta, la OFUNAM, interpretara a Mozart. Al inicio se le guardó un minuto de silencio. Al mediodía de ayer domingo, sus compañeros y su público, que abarrotaba las tribunas, y los televidentes que siguieron el concierto mediante la señal de TV-UNAM transmitida por Canal 22, lo despedimos con el cariño y el agradecimiento que cosecha un músico noble y bueno.
Adiós maestro Burgos, Gran Pelícano.