Usted está aquí: miércoles 23 de abril de 2008 Economía México tendrá la menor tasa de expansión entre 20 países de AL

■ Se ubica por arriba sólo de Haití y Ecuador, según la Cepal

México tendrá la menor tasa de expansión entre 20 países de AL

■ Pronostica un crecimiento de apenas 2.7% para todo el año

■ Unas 11 naciones avanzarán por arriba del promedio para la región

Juan Antonio Zúñiga

Con una tasa de expansión de 3.3 por ciento en su producto interno bruto (PIB), México figuró en el antepenúltimo sitio entre los países latinoamericanos y del Caribe con menor crecimiento económico en 2007, sólo por arriba de Haití y Ecuador, en contraste con las economías de Panamá, Perú, Argentina, República Dominicana y Venezuela que registraron incrementos de entre 11.2 y 8.4 por ciento en el valor anual de su producción, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Para 2008 las proyecciones sitúan a México como la economía que registrará la menor expansión entre los 20 países de América Latina y el Caribe considerados por este organismo de las Naciones Unidas.

La recesión económica de Estados Unidos será suave y el impacto en América Latina no será tan grande porque la región es ahora menos vulnerable que en el pasado, sobre todo en el ámbito financiero, explicó el secretario ejecutivo de la Cepal, José Luis Machinea.

Desde luego habrá un impacto en la región y el principal afectado será México, cuya economía se expandirá apenas 2.7 por ciento para convertirse en el país de menor rendimiento, apuntó en teleconferencia de prensa desde Santiago, en Chile, sede del organismo.

Al sintetizar los posibles efectos de la recesión estadunidense en la región, Machinea puntualizó que el impacto será mayor para los países más pobres por el aumento del precio de los alimentos, en los exportadores de manufacturas a Estados Unidos y en general al mundo desarrollado, para quienes sean fuertes receptores de remesas y tengan grandes necesidades de financiamiento.

La expectativa de crecimiento para 2008 es de 4.7 por ciento, dijo, en parte debido “al arrastre” de la dinámica observada en los años recientes y en particular en 2007, cuando el aumento fue de 5.7 por ciento.

Por arriba de la tasa de expansión económica de la región estimada para 2008 se encuentran 11 países, a la cabeza de los cuales figura Panamá con un aumento anual estimado de 8 por ciento. Le siguen Argentina, Cuba y Perú con un crecimiento de 7 por ciento; Uruguay con una expansión de 6.5; Venezuela y Colombia con una tasa de elevación de 6 por ciento; Bolivia, Paraguay y República Dominicana con 5 por ciento, y Brasil con un crecimiento de 4.8 por ciento.

En orden descendente, los países en los que se espera una tasa de crecimiento económico menor al promedio de la región son: Chile, Guatemala, Costa Rica y Honduras, con 4.5 por ciento; El Salvador con 4 por ciento; Nicaragua y Haití con 3.5; Ecuador con 3, y México en el último lugar entre todos los países latinoamericanos y del Caribe, con un incremento de 2.7 por ciento en el valor de su producción anual durante 2008.

Sin embargo, José Luis Machinea advirtió que ahora es más preocupante el aumento en el precio de los alimentos que el impacto de la recesión de Estados Unidos en el crecimiento económico de los países de la región.

“En lo social y político el incremento de los precios internacionales de los alimentos está castigando con especial dureza a los sectores más pobres de la población de América Latina y el Caribe”, advirtió el secretario ejecutivo de la Cepal. Alertó: “la pobreza y la indigencia aumentarán, de no tomarse medidas urgentes para aminorar los efectos de estas alzas sobre la población más vulnerable”.

El incremento de los precios de los alimentos en cada país casi duplica a la inflación general de su economía, registrando un ritmo anual de elevación que oscila entre 6 y 20 por ciento, con un promedio cercano a 15 por ciento. Bajo estas condiciones es factible que casi 16 millones más de habitantes de América Latina caigan en la indigencia y un número similar de personas pasen a ser pobres.

Las políticas que pueden desplegarse para atemperar este impacto dependen de la realidad de cada país, pero tienen que incluir “acciones que disminuyan las alzas de los precios de los alimentos en los mercados internos y/o mejoren los ingresos de la población, especialmente de los sectores de bajos recursos”, recomendó Machinea.

 
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