Usted está aquí: viernes 25 de abril de 2008 Opinión Economía Moral

Economía Moral

Julio Boltvinik
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■ ¿El retorno de la economía moral?

■ Alza de precios de alimentos desata protestas

Una nota de Ap en Internet señala: “Si ve que los precios de los comestibles suben, no piense que lo suyo es algo aislado. Desde los campesinos ecuatorianos que subsisten a base de arroz hasta los magnates que piden los platos más refinados en Francia, en todo el mundo están aumentando los precios de los alimentos como resultado de una combinación letal de factores”. En otra nota se dice que la UNESCO advirtió sobre una inminente “explosión social desatada por el alza de precios de los alimentos si los países agrícolas no reforman sus políticas” y describe la explosión social en marcha: “Los precios de los básicos han subido fuertemente en los últimos meses, lo cual desató protestas violentas en naciones como Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Haití, Mauritania, Etiopía, Madagascar, Filipinas e Indonesia”

¿Se trata del retorno de la economía moral? El historiador británico E.P. Thompson, quien acuñó el término economía moral, señala que lo orientó a las confrontaciones en los sitios de mercado sobre los derechos o titularidades a los alimentos básicos; que lo concibió como el conjunto de creencias, usos y formas asociadas con la comercialización de alimentos en tiempos de escasez. Las emociones profundas estimuladas por ésta, las exigencias que la multitud hacía a las autoridades en tales crisis, y la indignación provocada por el lucro durante emergencias que ponían en peligro la vida, le daba una carga “moral” particular a la protesta. Años atrás E.P. Thompson había señalado que:

“Las revueltas eran provocadas por precios al alza, por prácticas indebidas de los comerciantes, o por hambre. Pero todo ello operaba dentro de un consenso popular sobre lo que eran prácticas legítimas e ilegítimas, consenso que a su vez estaba cimentado sobre una visión tradicional consistente de las normas y las obligaciones sociales, las que vistas en su conjunto, puede decirse que constituyen la economía moral de los pobres. Un atropello de estos supuestos morales, tanto como las privaciones experimentadas, era la ocasión para la acción directa. El término describe la manera en la cual, en comunidades campesinas e industriales tempranas, muchas relaciones ‘económicas’ eran reguladas de acuerdo con normas no monetarias. Por un tejido de costumbres y usos existentes hasta que son amenazadas por racionalizaciones monetarias, y se hacen conscientes como economía moral. En este sentido, la economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del ‘libre mercado’.”

El lector verá que no puede haber una vuelta a la economía moral, porque se ha perdido el consenso sobre lo que constituye las normas y obligaciones sociales, porque se han adelgazado enormemente las normas no monetarias, porque vivimos en la época del triunfo casi absoluto de las “racionalizaciones monetarias”, de las reglas del mercado. Las multitudes actuales protestan sin saber bien a bien qué pueden y deben exigir, porque ya no hay claridad sobre las normas y obligaciones sociales, incluyendo las del gobierno. Porque se han creído el cuento de las fuerzas anónimas de los mercados.

La Cepal emitió ayer una declaración de Machinea, su secretario ejecutivo, en la cual: 1) señala que en los últimos 12 meses los precios internacionales de los alimentos han aumentado en más de 50 por ciento, siendo mucho mayores para maíz, trigo, arroz y algunas oleaginosas. 2) En consonancia, los índices de precios al consumidor de alimentos en los países de AL han aumentado entre 6 por ciento y 20 por ciento y, en promedio, en 15 por ciento (en México el Banco de México logra milagros que la Cepal confunde con políticas para contrarrestar tales aumentos: el índice es sólo de 6.5 por ciento, el más bajo de la región). 3) Estos aumentos castigan más a los más pobres que destinan una mayor proporción de su ingreso a alimentos y, sobre todo, a alimentos básicos que han aumentado más. 4) Con el supuesto de aumento de los ingresos de 5 por ciento, la Cepal estima que tanto el número de personas en pobreza como en indigencia han aumentado en los últimos 12 meses en 10 millones en AL, ello sin tomar en cuenta el aumento de precios en otros bienes básicos, como el transporte, asociado al incremento en precios del petróleo. 5) En cuanto al qué hacer Cepal sugiere eliminar impuestos a la importación y al consumo de alimentos, para frenar el alza de los precios (receta poco útil para México, donde no hay IVA a alimentos y los aranceles son muy bajos o nulos); aumentar los subsidios focalizados para aumentar los ingresos (sólo ayudaría a los beneficiarios de Oportunidades); y aumentar la ayuda alimentaria internacional (otra vez, poco importante en México). Nótese que Cepal descarta los subsidios generalizados como opción de política.

Es evidente que no sólo las multitudes que protestan han perdido claridad de hacia dónde moverse, sino también los organismos internacionales y los gobiernos que parecen confundidos en torno a los orígenes del problema. Mientras el director de la FAO volvió a criticar los subsidios a la agricultura en los países ricos, asociándolos a las alzas recientes de precios, Alemania y Francia rechazaron cualquier conexión entre ambos fenómenos, en mi opinión de manera correcta. Hasta donde se sabe, hay cuatro factores disparadores de estas alzas: 1) el aumento general de costos de producción y transporte asociados al alza de los precios del petróleo; 2) el fuerte aumento en la demanda de alimentos en China e India; 3) el desvío de una parte de los alimentos para producir etanol; y 4) la disminución de las reservas alimentarias en los países desarrollados.

Debe advertirse, sin embargo, que los precios internacionales reflejan el nerviosismo de los especuladores que controlan los mercados corrientes y de futuros: “El mercado está muy inquieto y reacciona a cualquier noticia de mal tiempo”, dijo la economista Abbassian (nota de Ap). Ello hizo que una sequía en Australia e inundaciones en Argentina, ambos importantes productores de leche industrial y mantequilla, derivasen en un aumento de 37 por ciento en la mantequilla en Francia entre 2006 y 2007.

 
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