■ El acuerdo comercial fue convertido en herramienta de dominio de recursos naturales
Control de agua y petróleo, el tema de mayor relevancia hoy en el TLCAN
■ Nueva etapa del tratado buscará fusionar las economías de los tres países, dice un estudio
Ampliar la imagen Los presidentes de México, Felipe Calderón; de Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro de Canadá Stephen Harper, durante la reunión del Acuerdo para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, en Nueva Orleáns Foto: Ap
El futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no se restringe a incluir temas de seguridad territorial o militar, ya que también contempla el acceso a recursos naturales estratégicos, y entre ellos están en primer lugar los energéticos y el agua, advierte una investigación del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
“Es reconocido que el agua de Canadá y los recursos energéticos del Golfo de México son parte de la seguridad de Estados Unidos. El acceso al petróleo es asunto de seguridad de Estados Unidos y Norteamérica en general”, se establece en el Análisis económico-político del futuro del TLCAN, de Alejandro Díaz-Bautista, investigador del Colef y experto en las relaciones entre México y Estados Unidos.
Al tiempo que asegura que los socios del TLCAN buscarán crear nuevas instituciones que elaboren una estrategia para la seguridad de energéticos y recursos naturales, el especialista hace notar que parece que ningún otro tema será descartado en la mesa de negociación sobre el TLCAN, ya que lo mismo se incluirá el capítulo agropecuario, las telecomunicaciones, los sectores financieros o las leyes antidumping estadunidenses.
Temas que, señala, “para muchos políticos de los tres países puede abrir una o varias cajas de Pandora”, y por ello mismo el tema de la renegociación del tratado trilateral ha sido mencionado por todos los candidatos en la carrera electoral a la presidencia de Estados Unidos.
Es una nueva etapa que enfrenta al TLCAN, después de cumplir 14 años de vigencia, y que, de acuerdo con las últimas reuniones de los mandatarios “al igual que las de sus élites y académicos”, apunta a la conformación de un nuevo espacio político-económico, que en muchos sentidos será una nueva zona regional conocida como el área de Norteamérica.
Sin embargo, los nuevos instrumentos que se han diseñado para profundizar la cooperación entre los socios del TLCAN, se ubican en el contexto de las nuevas condiciones de seguridad que estableció Estados Unidos, como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre de 2001, y que limitaron el libre flujo de bienes, capital y personas.
“El futuro del TLCAN, y de Norteamérica en su conjunto, tiene que ver con su seguridad, más allá de la territorial o militar, e incluye el acceso a recursos naturales estratégicos. En primer lugar, están los recursos energéticos y el agua (...) La visión de largo plazo del TLCAN, es la creación con un bloque de naciones que, por otro lado, rivalice con la Unión Europea y el eje asiático de Japón y China, y que también sea un mercado regional con más de 800 millones de habitantes para abastecer los productos y servicios de su industria y agricultura”, indica Díaz-Bautista, quien también pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Además de lo anterior, otro de los objetivos en la nueva etapa del tratado será lograr una mayor fusión entre las economías de ambos países, y así lo demuestran proyectos conjuntos en infraestructura como los corredores multimodales, la construcción de cuatro supercarreteras continentales para unir a los socios del TLCAN y la extensión del Trans-Texas que conectará a Monterrey con los puestos de Mazatlán y Manzanillo, los más importantes del Pacífico mexicano.
Para el investigador del Colef, el TLCAN ha resultado un parteaguas positivo para la economía de México, ya que considera que incidió en su crecimiento y, por su acceso preferencial al mercado de Estados Unidos, registró un aumento sin precedente en el comercio y la inversión extranjera directa, lo que además le hizo ganar credibilidad entre inversionistas foráneos. Sin embargo, criticó que durante la última década no se haya aprobado ninguna reforma estratégica de segunda generación, como la energética y laboral, por lo que, en su opinión, México crecerá a un nivel inferior de su potencial.