Usted está aquí: domingo 27 de abril de 2008 Mundo Aprueba la Duma nueva ley de prensa que permite cerrar a diario que calumnie

■ La legislación, “retroceso” en Rusia: periodistas y ONG humanitarias

Aprueba la Duma nueva ley de prensa que permite cerrar a diario que calumnie

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Moscú, 26 de abril. En primera instancia, los diputados de la Duma aprobaron este viernes una enmienda a la ley de prensa que agrega la figura de la calumnia a la ya de por sí amplia relación de causales de clausura de un medio de comunicación, aunque esta sanción sólo procede con la respectiva resolución judicial.

El promotor de la enmienda, el diputado Robert Schlegel, del partido oficialista Rusia Unida, argumentó que la legislación actual, ante un caso de “información deliberadamente falsa e injuriosa”, permite demandar sólo al periodista que la firma, mientras ni el medio que la difunde, ni su director ni dueño llevan responsabilidad por lo que consideró “un abuso de la libertad de expresión”.

Para los periodistas y los activistas rusos de derechos humanos, en contraste, esta enmienda representa un nuevo retroceso en la materia, por cuanto su formulación es ambigua y se puede aplicar selectivamente contra los medios de oposición.

Muchos temen aquí que cualquier material crítico pueda ser tildado de calumnioso, como advirtió Serguei Ivanov, diputado del Partido Liberal Democrático.

Pero Boris Reznik, vicepresidente del Comité de Política Informativa de la Duma, expresó la esperanza de que la enmienda sea detenida desde el Kremlin. “Hay gente que tiene facultades para frenar este proceso”, dijo a la emisora Ejo Moskvy.

La redacción del artículo enmendado, que en el supuesto de que la ley revisada supere las otras dos lecturas en la Duma aún deberá ser enviada a la Cámara alta y para ser promulgada tendría que llevar la firma del presidente ruso, quedó en estos términos:

“No se permite utilizar los medios de comunicación para realizar acciones penadas por ley; para difundir secretos de Estado o información protegida por ley; para divulgar materiales que contengan llamamientos públicos a cometer actos terroristas o que justifiquen el terrorismo, y otros materiales de carácter extremista, informaciones deliberadamente falsas que atenten contra el honor y la dignidad de las personas o que afecten su reputación, así como materiales que hagan propaganda de la pornografía, el culto a la violencia y la crueldad”.

Como pretexto para modificar la ley de prensa sirvió el reciente escándalo que, en un claro afán de ganar lectores a cualquier precio, reconoció su ya cesado director, provocó Moskovsky Korrespondent al lanzar la “primicia” de que el presidente Vladimir Putin se divorció y fijó fecha para casarse con una gimnasta 30 años menor.

Algunos medios extranjeros, sin sopesar la credibilidad que podía tener ese diario de proclamada vocación amarillista, cayeron en la tentación de señalar a Putin continuador de un supuesto síndrome Sarkozy, en alusión al matrimonio del presidente francés con la modelo Carla Bruni, y con ello magnificaron un episodio francamente menor, que de haber sido cierto hubiera merecido espacio si acaso en alguna de las mal llamadas revistas del corazón.

Por lo pronto, el dueño del periódico, el banquero Aleksandr Lebediev, después de calificar de “descomunal torpeza” la difusión de noticias “inventadas”, decidió suspender el financiamiento de Moskovsky Korrespondent, el cual volverá a salir a la calle solamente después de reformular su cuestionado perfil.

 
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