Usted está aquí: lunes 28 de abril de 2008 Mundo Adopta el gobierno de Raúl Castro nueva política salarial para el sector productivo

■ Anuncia un plan de aumentos generales que se aplicará de forma gradual y diferenciada

Adopta el gobierno de Raúl Castro nueva política salarial para el sector productivo

■ Decisión sin precedente en Cuba; se eliminará el tope de ingresos para los empleados más fructíferos

Gerardo Arreola (Corresponsal)

La Habana, 27 de abril. El gobierno del presidente Raúl Castro adoptó una nueva política salarial para el sector productivo, que dará más ingresos a los trabajadores más eficientes, en un nuevo intento por mejorar los rendimientos de la jornada laboral, un objetivo que no ha logrado mediante exhortos y reglamentos disciplinarios.

Al mismo tiempo anunció un futuro aumento de salarios generales en forma gradual y diferenciada, por sectores y prioridades, y dijo que esos ingresos causarán el impuesto de 5 por ciento para la seguridad social, que ahora sólo cubren los empleados de algunas empresas muy eficientes y los de la flota pesquera de plataforma.

La política de salario ligado a resultados se aplicará en forma flexible de acuerdo con la situación de cada empresa. Esta es una vía de inducir a la productividad, diferente a la previa, que se basaba en una campaña persuasiva y en dos reglamentos vigentes desde el año pasado, destinados a lograr el estricto cumplimiento de los horarios y las jornadas laborales.

Pero esos reglamentos “no han tenido en la economía cubana todo el efecto esperado”, dijo la revista quincenal Bohemia. Una resolución del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, que establece la nueva política para el sector empresarial o productivo, pretende que “obtengan más salario quienes más aporten a la economía y la sociedad”, dijo a la publicación el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC, federación sindical única), Salvador Valdés.

Al parecer, la nueva política no abandonará las apelaciones morales y los reglamentos disciplinarios, pero pondrá sobre la mesa una oferta salarial concreta, en un notable cambio de criterio, que eleva el peso del estímulo material como una clave para el desempeño del trabajador. El giro también incluye la decisión sin precedente de eliminar el tope de ingresos para los empleados más productivos.

“Más que una resolución de carácter salarial para ordenar los sistemas de pago, tiene implicaciones ideológicas”, dijo Valdés. “El salario, en defecto o demasía, tiene un efecto en la conciencia de las personas. O las motivas, o las desmovilizas”.

“No podemos sustituir el papel y función del salario con exhortaciones u otras vías no efectivas”, añadió el líder sindical. “Hay que pagarles a los trabajadores porque es lo que les resuelve sus necesidades”.

El plan de aumentos generales fue anunciado hoy, con una primera entrega para los empleados judiciales y los pensionados, y se ejecutará “a partir de una rigurosa evaluación de las condiciones económicas y financieras”. De inmediato “no resulta posible aplicar a todos los sectores laborales el incremento salarial, ya que el país no dispone en estos momentos de los recursos necesarios”, dijo un comunicado oficial.

El Estado es el único patrón de casi todos los trabajadores cubanos, la mayor parte de los cuales están en la administración y los servicios públicos y se rigen por tablas de salarios generales. Una porción menor está ligada a la producción de bienes y servicios comerciales.

A los primeros, como los burócratas, los profesores y médicos, les corresponderán los aumentos progresivos y a los segundos, como los obreros industriales y los taxistas o camareros, el ingreso indexado a su rendimiento.

Valdés citó el ejemplo de una empresa en la que encontró a una obrera que realizaba el triple del trabajo que otros operarios en el mismo tiempo y sin embargo todos ganaban lo mismo. “Ahí está la injusticia”, dijo el líder sindical.

El nuevo sistema establece un método de remuneración que se aplica de manera distinta en cada centro laboral. “Debemos cortar el traje a la medida”, señaló Valdés. “Los esquemas se rompen, lo que es bueno para esta empresa de un sector, en un territorio, puede no serlo para la otra”.

 
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