Ciudad Perdida
■ En el DF, el futuro del petróleo
■ Nueva Izquierda-PAN, el obstáculo
Es casi un hecho que el Distrito Federal se convertirá en el laboratorio ciudadano de mayor relevancia para el país, después de que la Asamblea Legislativa apruebe, aunque le pese al panismo y sus compinches, que sea en esta ciudad donde se realice el primer referendo sobre el futuro del petróleo en México.
Puede ser que la propuesta, que nace y será apoyada por la senadora Rosario Ibarra de Piedra, se enfrente al bloqueo de la derecha, perfectamente bien identificada en la ALDF, pero sea como sea la idea ya prendió en la ciudad y es su gente la que quiere probar el nivel de opinión que tiene la idea privatizadora del gobierno federal.
Pero no solamente es la opinión, aunque es lo más importante, lo que cuenta en este ensayo que se quiere efectuar en la capital, también se busca un modelo mediante el cual se permita la votación libre y segura de los ciudadanos citadinos.
Esta última parte puede ser extremadamente complicada, y requiere de un trabajo de campo y una organización que debe dar certeza al votante de que su sufragio fue respetado en todas sus condiciones, y eso de las votaciones limpias como que no se da bien en México –acordémonos del PRD, pero sobre todo de 2006–, por lo que los mecanismos para su realización, a nivel nacional, sí tienen que pasar por una prueba, y qué mejor que una de las ciudades más pobladas del mundo, para el ensayo general.
Hasta donde se nos ha informado en el gobierno central del DF no habría mayor impedimento, y hasta es posible que las autoridades electorales locales pusieran su experiencia al servicio de este conteo de voluntades, cosa que no estaría nada mal si se considera que en la ciudad de México las elecciones federales pasadas no fueron cuestionadas, y hasta se puso a disposición de una ciudadana, que así lo requirió, el paquete electoral total para que hiciera su propio conteo.
Entonces, la gente está dispuesta, las autoridades no tendrían mayores inconvenientes, y sólo faltaría que los diputados locales apoyaran la idea para que está se convirtiera en una nueva experiencia social cuyos resultados no obligarían al poder a cambiar sus decisiones, pero sí mostrarían el interés de la gente por participar en las definiciones que marcan el rumbo de México.
Nadie puede estar seguro de que en la ALDF la opinión de los diputados sea favorable a ese ejercicio. Todo el mundo sabe que los compromisos de Nueva Izquierda con el panismo pueden truncar el proyecto, aunque, tratándose del petróleo, puede ser que la balanza se incline al lado de la gente. De cualquier manera nadie puede confiarse. Ya veremos.
De pasadita
El PRD en el DF decidió, o así parece, iniciar por la vía del juicio partidista buscar la expulsión de algunos de sus miembros a los que considera apartados de la ideología que marcan los estatutos perredistas, y por ello contrarios, en su actuar, a las tareas de ese partido.
El momento político escogido parece inmejorable. La fuerza de Víctor Hugo Círigo en la ALDF parece haber menguado, y muchos de sus correligionarios decidieron pasar al bando de Izquierda Unida, principalmente porque han caído en la cuenta de que el presidente de la Comisión de Gobierno de la diputación local está más atento a beneficiar al panismo que a los militantes de su propio partido.
Total, la fuerza que hasta ahora se ha impuesto en la Asamblea podría estar a punto de perder la mayoría que le ha permitido hacer y deshacer, y es por eso, entre otras cosas, que Círigo podría ser expulsado, junto con otros y otras que han seguido el mismo comportamiento.
Y aunque, como dicen los mismos perredistas, no es necesario que los expulsen, la gente, la militancia ya decidió sobre ellos, nada mejor que el camino de la formalidad partidista para que se enteren de lo que la gente piensa; así de simple.