Usted está aquí: martes 29 de abril de 2008 Política Calderón: no tenemos tiempo para pleitos mientras haya tanta miseria en el país

■ Exhortan al michoacano a que se convierta en un “presidente indigenista”; acepta el reto

Calderón: no tenemos tiempo para pleitos mientras haya tanta miseria en el país

■ Los pueblos indios estarán vigilantes de que se cumpla el compromiso de respetar sitios sagrados

Claudia Herrera Beltrán (Enviada)

Mezquital, Dgo., 28 de abril. Felipe Calderón aceptó el reto de ser un “presidente indigenista”. Pero apenas convivió con tepehuanes y huicholes.

Guarecido en el comedor del albergue Ollintonatiuh y a puerta cerrada, el michoacano comió con niños, mientras en el patio los pobladores también lo hacían, pero con el sol a plomo y alejados de su invitado por un cerco de vallas metálicas.

Acompañado de cinco gobernadores de PRI, PAN y PRD, el michoacano aprovechó para enviar un mensaje a sus adversarios. Sin aludir al aplazamiento de su reforma petrolera, pidió no desperdiciar el tiempo en pleitos mientras haya tanta miseria y pobreza en México.

Diseñada para reforzar su nueva estrategia social denominada Vivir mejor, esta gira de tres días por el norte y centro del país se inició en el claro de un bosque del municipio de Pueblo Nuevo, donde los anfitriones de la etnia huichol también quedaron encerrados por vallas.

Ahí, Calderón, sus secretarios de Desarrollo Social; Educación, Salud y Medio Ambiente, junto con los gobernadores Amalia García, Emilio González –invitado del presidente en medio de la polémica por sus recientes declaraciones–, Marcelo de los Santos, Ismael Hernández y Ney González recibieron de regalo coloridas vestimentas tradicionales.

“A mí no me quedó, a ver si a ti te queda”, con esta frase el titular de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, le entregaba al comisionado de los Pueblos Indígenas, Luis H. Alvarez, uno de los adornos, que no armonizaban con su vestuario.

Ataviado con xuiya (delantal), kurira (faja), xupureru (sombrero) y kitsiori (morral), el Presidente avanzó con su esposa Margarita Zavala y los integrantes de su comitiva hacia el templete que fue adornado con dos imponentes figuras tejidas llamadas ojos de Dios, símbolos sagrados de la cultura wixárika.

La bienvenida estuvo a cargo de Hermenegildo Carrillo, presidente de la Unión Wixárika, quien criticó las reglas de operación de los programas gubernamentales, “ya que no responden a nuestras necesidades” y a veces son un “freno”.

Además de convocar a su invitado a “que se convierta en un presidente indigenista”, aseguró que estarán vigilantes de que se cumpla el acuerdo suscrito por los cinco gobernadores para salvaguardar los sitios sagrados de su cultura.

El priísta Hernández Deras dio pie para que el Presidente hablara sobre política en medio de su gira de corte social. El gobernador advirtió que los actores políticos no tienen derecho a retrasar, a menguar la acción del Estado contra la pobreza “politizando mezquinamente” los asuntos cruciales para el desarrollo.

No hay lugar para actitudes egoístas, declaró y luego advirtió: “ya es tiempo de que nos preocupemos más por los niños que a diario se van a dormir con hambre, que por la ambición de poder de unos cuantos”.

En su respuesta, Calderón dijo aceptar con “mucho gusto” el reto para que “sea yo un presidente indigenista”, porque los indígenas “están entre los más pobres de los pobres”.

Retomó el discurso del mandatario local al señalar que “no tenemos tiempo ni posibilidad de desperdiciar la energía de los gobiernos, de las personas, de los partidos, en pleitos y en diferencias mientras haya tanta miseria y tanta pobreza en México”.

No estoy anclado: Emilio González

Mientras el mandatario federal se despedía, el gobernador de Jalisco, Emilio González, trataba de explicar su presencia en esta visita presidencial luego de la polémica que desató su señalamiento de que “chinguen a su madre” quienes lo critican por haber donado 90 millones de pesos a la Iglesia católica.

Declaró no estar “anclado” en este tema, y cuando se le preguntó si estos eran días difíciles respondió: “no, para nada difíciles”, y señaló que no ha hablado con el mandatario federal sobre el asunto. “Mi lenguaje coloquial es mío. No tiene nada que ver el Presidente”.

En tanto, el Presidente voló en helicóptero durante 15 minutos a la comunidad de Santiago Teneraca, municipio de Pueblo Nuevo, enclavado entre barrancas ubicado a 12 horas de Durango. Ahí recorrió el nuevo albergue escolar y cuando entró al salón de informática se detuvo frente a una computadora y bromeó: “iba a ver las noticias, pero no”.

El primer día de recorrido cerró con la inauguración de una estancia infantil en Durango, donde una trabajadora social de nombre María Candelaria Campos hizo un reconocimiento al Presidente: “como que usted me genera esa vibra, señor, de que usted también le gusta la gente”.

 
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