■ Es impulsor de la expulsión de inmigrantes
Un neofascista gana la alcaldía de Roma
Ampliar la imagen Gianni Alemanno, aliado de Silvio Berlusconi, festeja su triunfo electoral ante simpatizantes del partido Pueblo de la Libertad, que se congregaron ayer por la noche en Roma para celebrar la victoria de su candidato con poco más de 53 por ciento de la votación Foto: Reuters
Roma, 28 de abril. Gianni Alemanno, un ex pandillero neofascista, ganó hoy en forma aplastante la alcaldía de Roma y con ello coronó la victoria de Silvio Berlusconi y su alianza partidista de derecha en las elecciones parlamentarias de hace dos semanas.
El triunfo de Alemanno –candidato del conservador Pueblo de la Libertad–, en la capital significó el retorno de los fascistas después de 65 años y el final de 15 años continuos de gobierno centroizquierdista, lo que fortaleció el temor de que Italia está lista para comenzar un asalto sin precedente contra los extranjeros indocumentados, dado que una de las 16 promesas del “Pacto por Roma”, el programa neofascista, incluye la “expulsión de 20 mil nómadas e inmigrantes que han quebrantado la ley”.
De 50 años, hijo de un oficial del ejército, Alemanno milita en el partido Alianza Nacional, fue ministro de Agricultura con Berlusconi de 2001 a 2006, y lleva permanentemente en el cuello un símbolo de la ultraderecha italiana, una cruz celta que perteneció a uno de sus compañeros de militancia, muerto durante una manifestación al ser golpeado en el cráneo con una llave de tuercas.
La elección de Alemanno, que Berlusconi calificó hoy de “histórica”, se consumó con una ventaja de siete puntos porcentuales por encima del alcalde Francesco Rutelli, quien intentó relegirse. El primero obtuvo 53.6 por ciento y el segundo 46.4.
El triunfo confirma la presencia en Roma de la ola xenofóbica que llevó hasta sus niveles más altos a la Liga Norte, uno de los partidos que junto con Alianza Nacional se sumaron a Berlusconi, y dejaron fuera a los demócrata cristianos moderados.
Los primeros signos de esa ola xenofóbica aparecieron en Roma en noviembre pasado cuando el asesinato de Giovanna Reggiani, un ama de casa, en el camino de una estación ferroviaria a su hogar, provocó que Walter Veltroni –el alcalde en aquellos días y candidato de la alianza de izquierda que derrotó Berlusconi el 14 de abril– solicitara un decreto oficial al primer ministro, Romano Prodi, para ordenar la expulsión de los extranjeros indeseables, incluso aquellos provenientes de otros países miembros de la Unión Europea, sin necesidad de llevarlos ante un tribunal.
La demanda fue seguida por la demolición de viviendas de migrantes establecidas sin autorización en diferentes puntos de la capital.
Alemanno despachará en una oficina cerca de donde el dictador fascista Benito Mussolini, Il Duce, solía arengar a manifestantes en la Plaza Venecia, pero el nuevo alcalde llegará armado con un mandato para hacer efectivo lo que Veltroni y Prodi sólo blandieron como amenaza: perseguir a los indocumentados.
En el balance final de las elecciones parlamentarias de hace dos semanas y las regionales celebradas este domingo y lunes en cinco provincias y 44 ciudades, el partido que se llevó la mayor ganancia fue la Liga Norte, que aumentó su cuota general de votos a ocho por ciento.
El partido fue fundado por Umberto Bossi para pelear por los derechos de las provincias del norte de Italia, que consideran excesiva la cantidad de impuestos que aporta al país y encabeza la batalla contra lo que denomina “Roma ladrona”.