■ En 24 postales la obra “se mueve, porque la danza es movimiento”, dice Coral Zayas

Destiempo de polvo, coreografía que revive en el papel para convertirse en “arte que viaja”

■ “Aborda el vacío, el encuentro y el desencuentro; somos un hombre y una mujer; el yin y el yang”, afirma la bailarina y creadora de la pieza

■ Pese a no tener mensaje, conmovió al público

Rosario Jáuregui Nieto

Coral Zayas y Duane Cochran unieron sus talentos en escena para interpretar Destiempo de polvo, una obra abstracta que movió y conmovió al público durante una temporada de seis meses en el Distrito Federal. Ahora, “la reviven en papel”, en 24 postales que plasman momentos de la pieza. “Es el arte que viaja, que se mueve, porque la danza es movimiento, es la vida misma”, afirma la coreógrafa mexicana.

Coral Zayas explica su coreografía: “Destiempo de polvo tiene una gran historia. La hice inspirándome en diversas cosas, como el impacto que me causó el desierto durante un viaje a Egipto. Es un trabajo en el que puse toda mi experiencia y los resultados de mis investigaciones sobre el movimiento, la meditación en movimiento, y sobre la danza misma. Tiene elementos de butoh y de técnica clásica.

“Es una obra abstracta, que aborda el vacío, el encuentro y el desencuentro de los opuestos: somos un hombre y una mujer; un blanco y un negro; el yin y el yang.

“Busca presentar la expresión del cuerpo en el escenario, sin mayor escenografía, en un juego de contrarios, de lo femenino, de lo masculino. Para mí es una reconciliación, no es la lucha constante de los sexos, sino aborda los encuentros y los desencuentros, pero en armonía. También es una obra de depuración. Hay una escena que se llama Las plantas, en la que Duane y yo estamos desnudos, es como el nacimiento de la vida. Tiene una mística muy específica, lograda a través de mis estudios de danza, poesía y filosofía.”

Amor, erotismo, vida

Y ahora, el público que vio la pieza coreográfica puede recrearla en su memoria y disfrutarla en esas postales, y quienes no tuvieron esa oportunidad pueden aproximarse a ella a partir de las imágenes de amor, de erotismo, de plenitud entre un hombre y una mujer, como seres humanos, como entes vivos.

Zayas, quien comenzó sus estudios de danza clásica en la Academia de Ballet de Coyoacán, con Ana del Castillo, dependiente de la Royal Academy of Dancing, de Londres, manifestó su entusiasmo por desarrollar en el formato de postales una alternativa de difusión, de llevar la danza o el teatro fuera de los escenarios y a la obra plástica más allá del museo. Considera que enviar una imagen impresa con alguna dedicatoria es un regalo, es compartir, “aunque actualmente las cartas casi no se usan”.

Creada en 1996, con música electroacústica original de Rodrigo Sigal –“yo ideé la pieza y Duane Cochran, coreógrafo, pianista y bailarín, quien además es mi amigo, le hizo unos arreglos”, dijo–, la obra gozó de gran éxito, estuvo medio año en temporada con teatro lleno, en foros como el teatro Flores Canelo y la sala Miguel Covarrubias.

Coral Zayas atribuye la magnífica recepción de la pieza en el gusto del público a la difusión que realizó el dueto, debido a que falta apoyo de las instituciones para promover la danza. Pero lo fundamental, para ella, es que se trata de una obra que conmueve. “Mucha gente lloraba; me dio mucho gusto el éxito que tuvo la coreografía, porque eso significa que movió a las personas. Es, repito, una obra abstracta, no dice algo en particular, no tiene mensaje. Sólo quise proyectar un concepto y creo que lo logré.

“Para mí, el artista es un personaje generoso que quiere compartir, que llega al escenario y se desnuda, no solamente porque se quite la ropa, sino porque está frente a un público mostrando sus experiencias, su vida, es una entrega. A las personas se les dice: ‘esta es mi historia, esta es mi vida y esto es lo que siento de las cosas, ahora, ¿cómo lo ves tú?’

“La danza es vida, porque la gente necesita bailar, soltarse… moverse, por eso baila en las bodas, en las fiestas, la danza no sólo es una profesión, es un expresión, creo que un bailarín lo es siempre, porque la danza es como una forma de vida, una forma de respirar”, afirma la también poeta Coral Zayas, quien estuvo más de ocho años en la Compañía Nacional de Danza, y por más de 12 estudió en París, Francia.

Destiempo de polvo, en postales, editada por Consecuencias, con fotografías de José Jorge Carreón, se puede adquirir en la librería Gandhi, las tiendas Educal y Sanborns. Su precio es de 250 pesos.