Dinero
■ Ola de nacionalizaciones
■ Nulifica inflación alza salarial
■ Herbalife a prueba
■ Solidaridad, Contigo, Vivir Mejor
El presidente de Bolivia, Evo Morales, nacionaliza un grupo de petroleras controladas por British Petroleum, Transredes, Ashmore, Shell, Repsol YPF y, de pilón, una compañía telefónica filial de la italiana Telecom. El gobierno de Hugo Chávez, de Venezuela, toma el control de la Siderúrgica del Orinoco. El mandatario de Ecuador, Rafael Correa, decreta que la empresa telefónica Porta –concesionada hasta ayer a Carlos Slim– regrese a la esfera estatal. ¿Constituye esta oleada de nacionalizaciones la moda de gobiernos izquierdistas trasnochados, tránsfugas del neoliberalismo? Lo curioso es que el oleaje está alcanzando a Washington. Aunque el presidente Bush trata de abrirle el camino a sus amigos petroleros para que perforen zonas inexploradas de Alaska y el Golfo de México, el Congreso –nada izquierdista, por cierto– le ata las manos: mantiene virtualmente nacionalizadas sus reservas de petróleo y gas en defensa de los intereses del país. Cuando el barril de petróleo llegue a 200 dólares, sacará su as del fondo del mar. ¿Por qué el gobierno de Calderón sigue la dirección opuesta al Congreso de Estados Unidos y los presidentes de Ecuador, Bolivia y Venezuela, y quiere entregar ahora mismo, ya, cuanto antes, el tesorito? Ignorancia no es. ¿Será codicia desenfrenada?
Vaya regalo
No fue grato el obsequio que recibieron los obreros mexicanos ayer, Día del Trabajo. El Banco de México anunció que la inflación generada por los aumentos de los alimentos y los energéticos oscilará a fin de año entre 4.25 y 4.75 por ciento. Las alzas de salarios de los contratos de trabajo en el sector público y privado se han venido negociando con un tope de 4.5 por ciento. Eso significa que la inflación ha nulificado el de por sí precario incremento de sueldos. Quién sabe qué es más preocupante, si el aumento de los energéticos o el de los alimentos. ¿Será necesario ir ahorrando latas de atún, sopas enlatadas, bultos de arroz y frijol?
e@Vox Populi
Asunto: Herbalife
Estimado Enrique: respecto a los comentarios emitidos en tu columna del día 30 de abril por la licenciada Silvia E. Ortiz, “asesora en nutrición” de la empresa Herbalife, me permito hacer algunos señalamientos. En mi experiencia, la gran mayoría de productos naturistas y “remedios naturales” que se venden ampliamente no sólo en México sino en el mundo, no sustentan ni su eficacia ni su seguridad de manera apropiada. Todos ellos imprimen en su marbete (etiqueta) la leyenda “Este producto no es un medicamento”, y ¡listo! Con esto evaden muchos de los criterios técnicos y análisis de control de calidad en cada lote que se vende. Además, cabe señalar que los pocos que lo hacen no necesariamente cuentan con soporte técnico de validación. Ortiz indica que estos productos “son la alimentación de los astronautas, desarrollados por científicos reconocidos en muchos países, premios Nobel y muchos doctores”, y que “sólo gente impreparada y sin criterio” crea mitos sobre ellos. Pues bien, yo ofrezco mis servicios profesionales en beneficio de tus lectores y me comprometo a conseguir, leer, analizar y comentar sobre cualquier referencia bibliográfica que la licenciada Ortiz nos envíe (específicamente: nombre de la revista científica donde se publiquen pruebas de eficacia y seguridad, el número, su año de publicación y el número de página), donde podamos encontrar la información a que hace referencia. Espero su amable respuesta.
Dr. Carlos A. Velázquez
National Cancer Institute/Maryland
R: Muchas gracias, estimado doctor Velázquez. Creo que la opinión autorizada de un investigador del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, como eres tú, tendría un enorme valor. No dudo del éxito comercial de Herbalife, tiene a su servicio a todo un ejército de distribuidores en México y el mundo. Pero no sale sobrando que confirme científicamente que una persona siguiendo un régimen de licuados –muy caros, por cierto– puede perder varios kilos de peso sin riesgo para su salud. Esperamos la respuesta de la licenciada Ortiz.
Asunto: programas asistenciales
En relación con esas vaciladas conocidas como “programas asistenciales”, te cuento algo para incluir en la colección del señor Ripley: nuestra empleada doméstica heredó una línea telefónica de una patrona estadunidense que regresó a su país. La ha conservado con muchos sacrificios porque le es muy útil para hacerse localizar cuando se necesitan sus servicios (trabaja por días de la semana). Cuando en su colonia se realizó una especie de registro para integrar la lista de beneficiarios de no sé cuál programa, mi secretaria doméstica dio por hecho que sería tomada en cuenta, pues es madre soltera de un niño y desde la muerte de su madre hace más de seis años se convirtió en jefa de familia. Pero, ¿qué crees? La trabajadora social dictaminó que no era sujeto de beneficio alguno porque ¡tiene teléfono! ¿Cómo la ves? Saludos desde Foxilandia.
Alejandro Rivera
R: No me sorprende. Programas como Solidaridad (Salinas y Zedillo), Contigo (Fox) y ahora Vivir Mejor (Calderón) persiguen un triple objetivo: hacen millonarios a los políticos que los manejan, eternizan la pobreza y sirven como capturistas de votos. De otro modo ya no hubiera un solo pobre en México: tienen 20 años funcionando. Una persona con teléfono los hace dudar. Necesitan clientela que no tenga recursos ni para comer.