■ El programa Niños Talento se basa en clases extraescolares de artes y deportes

Impulsa el gobierno capitalino desarrollo integral de las capacidades de la infancia

■ A sus ocho años, Alejandra Reyes es una violinista con reconocimiento internacional

Bertha Teresa Ramírez

Su destreza para interpretar el violín ya le valió a Alejandra Reyes Guzmán, de ocho años de edad y habitante de la colonia Iztaccíhuatl, un reconocimiento de la Escuela Internacional de Verano de Croacia, que la declaró nada menos que princesa del violín de la isla de Kórkula, de ese país, adonde la menor viajó el año pasado a invitación de la maestra Asja Kouchner, laureada en el Conservatorio Chaikovski de Moscú, Rusia. Su extraordinaria habilidad para interpretar este instrumento musical es hoy también uno de los principales estandartes del Programa de Niños Talento, impulsado por el Sistema para el Desarrollo Integral (DIF) del Distrito Federal.

La dedicación mostrada por la pequeña motivó a ese sistema a retomar su ejemplo a fin de promover entre la niñez capitalina este ambicioso programa, cuyo objetivo es implantar un sistema de estímulos que permitan el desarrollo de las habilidades de niñas y niños de 6 a 12 años de edad, que cuenten con un promedio de calificación de nueve en adelante y estudien en escuelas públicas, mediante clases extraescolares de 13 disciplinas, entre las que destacan materias artísticas y deportivas y una beca de tres mil pesos anuales, señaló el director del sistema, Jesús Valencia, quien añadió que a la fecha están 100 mil niños inscritos en ese programa.

Rosaura Guzmán, madre de la menor, explica que Ale no está inscrita en escuela pública, por lo que su participación en el programa es sólo a nivel de imagen. “La inscribí en una escuela que debo pagar por varias razones, una de las más importantes es porque la escuela pública no nos está dando lo queremos para la formación de nuestros hijos”, dijo.

El sistema educativo nacional no imparte esta instrucción, “la educación artística está rota y con ello el sistema de educación fragmenta al ser humano, porque la única manera de hacernos fuertes, inclusive como sociedad, es mediante el arte, que nos da interrelaciones distintas, tanto cerebrales como sociales”, indicó la señora Guzmán.

Alejandro Reyes, maestro del Conservatorio Nacional de Música y padre de la menor, comentó: “nosotros tenemos una máxima en nuestra vida: no queremos competir con nadie, no le queremos ganar a nadie. Nuestra línea va en relación directa con la educación de las niñas y de que toda nuestra familia mejore; toda esta educación, los viajes que han tenido nuestras dos hijas, es porque el arte es algo con lo que uno se puede desarrollar como ser humano y ésa es la diferencia”.

Formación integral

Cada día Ale dedica entre tres y cuatro horas a estudiar su pequeño violín de tamaño de un octavo; se levanta alrededor de las siete de mañana, entra a la primaria a las ocho y sale a las 14 horas. En cuanto llega a la casa se pone a estudiar el violín, posteriormente come, juega, por la tarde vuelve estudiar un poco más el instrumento y luego hace la tarea.

Las becas son un componente del proyecto, pero lo más importante es fomentar las clases extraescolares, con el fin de que los niños con calificaciones sobresalientes tengan acceso a una formación integral, mediante el desarrollo o perfeccionamiento de sus habilidades artísticas, culturales, intelectuales y deportivas, abundó el director del DIF.

La mayoría de los niños inscritos en el programa que impulsa el DIF-DF no realizaba ninguna otra actividad instructiva después de recibir sus clases en la primaria pública. Actualmente cursan clases extraescolares de música, artes plásticas, teatro, creación literaria, danza, computación, historia de México, física, matemáticas, inglés, biología, natación y futbol, agregó.

Las disciplinas son impartidas por 452 profesores, quienes fueron seleccionados tras una convocatoria pública que lanzó el consejo que evalúa y da seguimiento al programa, integrado por académicos de la UNAM, el IPN, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, el Cinvestav y las secretarías de Cultura y Educación, así como por el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF.