■ El gobierno de Raúl Castro continúa eliminando las prohibiciones absurdas

Comienza en La Habana la venta libre de computadoras al público cubano

■ Por el momento sólo se vende el modelo chino QTECH; pronto saldrán a la venta otras marcas

Afp y Reuters

La Habana, 2 de mayo. Las tiendas del país comenzaron hoy a vender computadoras a los cubanos, antes sólo disponibles para empresas y extranjeros, como parte de un proceso que lleva a cabo el gobierno de Raúl Castro para la eliminación de “prohibiciones” que afectan a la población.

Los equipos están a la venta libre en al menos dos tiendas de la capital, una en el sector residencial de Miramar, en el oeste de La Habana, y otra en un popular establecimiento comercial, en el centro.

Por ahora se vende un único modelo chino marca QTECH, cuyo valor es equivalente a unos 770 dólares con la unidad central de procesamiento, el monitor, el teclado y el mouse, y a 610 dólares sin pantalla.

“Otros modelos se van a sacar a la venta en fecha próxima”, informó una empleada de la tienda en el centro comercial La Puntilla, en Miramar.

“Me parece bueno que el Estado haya iniciado este proceso legalmente. Si queremos un país mejor, tenemos que permitir que la gente tenga los recursos para desarrollarnos profesionalmente”, señaló Elizabeth Reyes, una empleada de 46 años.

Según la prensa oficial, en Cuba más de 3.7 millones de personas utilizaron una computadora en 2007, aunque sólo 5 por ciento lo hizo en su casa.

Desde que sucedió oficialmente a su hermano Fidel hace más de dos meses, Raúl Castro emprendió discretamente una serie de reformas para mejorar –según dijo– la vida de los cubanos dentro del Estado socialista.

El gobierno dio luz verde a la compra de teléfonos celulares, reservados sólo para turistas extranjeros desde la década de 1990, y comenzó una descentralización en la agricultura, empezando por un nuevo reparto de tierras y una mayor autonomía para los campesinos, entre otras de las reformas.

No obstante, todos estos servicios y artículos deben pagarse en efectivo, en un país en que el salario medio no supera los 17 dólares mensuales.