De filtraciones y reconocimientos
El reporte 2008 de un organismo de análisis especializado indica la definición comercial de muchos medios de comunicación a partir de “un uso dirigido y conscientemente agresivo para lograr ganancias económicas” de lo que antes era una responsabilidad social: el ejercicio periodístico. Un ejemplo palpable se halla en el ámbito cultural, donde manos oscuras y mentes anónimas maniobraron filtraciones periodísticas en un intento por derrocar a sir Simon Rattle como director de la Filarmónica de Berlín. Como una bola de nieve, la versión de que se avecinaba el fin de la era Rattle creció, como suele suceder en los “fenómenos mediáticos” que no son sino manipulación vil y vulgar. Como en las películas de Walt Disney, al final triunfó el bien, es decir el trabajo. Otra versión señala que Rattle ha sido ratificado más allá de 2012, mediante aclamación unánime. Su flamante grabación de la Novena Sinfonía de Mahler con la mejor orquesta del planeta aparece como un trofeo de guerra.