■ Dawn Ades, especialista en el artista anglo-irlandés , lo califica de “modernista contestatario”
Francis Bacon logró la supervivencia de la pintura del siglo XX, afirma historiadora
■ Su obra no cuenta historias, sino que hace partícipe al observador y lo engloba en la tela, dice
Ampliar la imagen Francis Bacon en su estudio
Milán, Italia. La muestra antológica en curso del artista anglo-irlandés Francis Bacon en el Palacio Real de Milán (hasta el 29 de junio), anticipa los notables homenajes que le realizarán al pintor durante 2009.
En entrevista telefónica para La Jornada, Dawn Ades expresó su punto de vista acerca del pintor.
Ades, además de ser experta en Bacon, es profesora en la Universidad de Essex y una de las más notables historiadoras de arte en Inglaterra; se ha especializado en surrealismo, dadaismo y arte latinoamericano.
–¿Cómo ha cambiado la crítica artística hacia Bacon después de su muerte? Frases como “El mayor artista viviente” o “el mayor artista británico desde Turner”, ¿se justifican?
–Creo que más que cambios de apreciación, después de su muerte, lo que ha habido son descubrimientos interesantes acerca de los dibujos preparatorios de la obra de Bacon. La idea de que él pintaba directamente sobre la tela sin utilizar bocetos ha sido ahora cuestionada.
“Opino que su reputación ha permanecido increíblemente alta. La valorización de su obra en términos comerciales es elevadísima y eso constituye un problema para la adquisición de sus telas por parte de los museos.
“Antes era considerado el pintor viviente más importante, pero desde su muerte Lucian Freud ha tomado ese lugar.
“Es muy llamativo ver cómo el próximo año, además de la Tate Gallery y museos cultores de la gran tradición pictórica, como el Met en Nueva York o el Del Prado en Madrid, le dedicarán una retrospectiva como homenaje en el centenario de su nacimiento. Creo que ese es el lugar que le pertenece.”
–En su opinión, ¿cuáles son los aspectos que hacen de Bacon uno de los grandes pintores del siglo XX?
–Uno de los grandes méritos de Bacon fue que logró la supervivencia de la pintura en el siglo XX, cuando para entonces ésta parecía haber perdido su función.
“Su estilo pictórico no tiene nada que ver con el idealismo de Jacques-Louis David, sino que su lucha estaba centrada en hacer una pintura inmediata y directa, sin ser por eso un pintor naíf, claro está; tenía una profunda implicación intelectual con el tema, conocía mucho de literatura.
“Bacon encontró una manera nueva de hacer pintura. Fue un verdadero maestro del siglo XX porque pudo romper con el lenguaje tradicional de la figuración. Su obra no cuenta historias, sino que hace partícipe al observador quien se siente englobado en la tela. Bacon no narra sino habla de algo que concierne a la experiencia humana. Es por eso que no se puede relacionar con el expresionismo u otras corrientes pictóricas.”
–¿Con cuáles artistas de su época se identificó?
–Mas que a algún artista plástico contemporáneo a él, pienso que Bacon se sintió cercano a las ideas y a la poesía surrealista.
“Uno de los grandes escritores del siglo pasado que indiqué como cercano al pensamiento de Bacon fue Georges Bataille. Bacon me escribió diciéndome que mi interpretación había sido correcta.
“Aquello que los une, es la fuerte angustia que concebía Bataille, que sin embargo no era demasiado oscura, sino referida a la tragedia de la vida como un estado generalizado de la condición del ser humano: la muerte, la degradación del cuerpo, las pérdidas, en fin las diferentes facetas que conforman nuestra existencia.”
–¿Fue Bacon un rupturista de la pintura?
–Sí, creo que en cierto modo podría serlo pues maneja temas problemáticos como la homosexualidad o la negación de un cuerpo idealizado.
“Sin embargo lo que realmente interesaba a Bacon, más allá de la temática, era la pintura en sí misma, el movimiento de las figuras en la superficie de la tela. Es por eso que su obra la visualizo como la de un ‘modernista contestatario’.”
–¿Ejerció Bacon influencia entre los pintores de América Latina?
–Yo creo que más bien la pintura de Bacon coincidía con soluciones similares por parte de algunos artistas de la región, como el grupo argentino Nueva Figuración.
“Veo también puntos de encuentro –sin ser influjos– por ejemplo en la obra del venezolano Jacobo Borges o en la de los mexicanos José Luis Cuevas y Francisco Toledo.
“Hay que recordar que un grupo de artistas que operaron en los años 80 cuyo estilo es conocido como ‘Neomexicanismo’ –entre ellos Julio Galán, Enrique Guzmán, Javier de la Garza, Nahum Zenil– se cuestionaron la sexualidad de modo muy directo. Creo que para ellos la obra de Bacon pudo haber sido importante.
“Los artistas latinoamericanos viajaban, sobre todo a París, en donde Bacon había recibido gran apoyo y visibilidad, por lo que sin duda tuvieron modo de conocer su obra y hablar de él, aunque no creo que haya sido adoptado como un modelo determinante. Convendría investigarlo más a fondo.”