■ La Unidad de Farmacología verificará si la calidad es igual a la de las medicinas originales
Operará en el INER único centro de la Ssa para analizar genéricos
■ Dará prioridad a sustancias contra el cáncer, cuyo costo es inaccesible para 80% de la población
■ Se eliminaron 32 camas de hospital para crear un elefante blanco, dicen empleados inconformes
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Instalaciones del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, donde “en breve” operará la primera y única Unidad de Farmacología de la Secretaría de Salud, la cual verificará la calidad de los medicamentos genéricos
Foto: Cristina Rodríguez
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) estrenará en breve la Unidad de Farmacología, donde se realizarán estudios de intercambiabilidad para verificar si los medicamentos genéricos tienen la misma eficacia que los originales.
Sin embargo, lo que para el director del instituto, Fernando Cano Valle, es motivo de orgullo, porque “contribuirá a garantizar la calidad de las medicinas que se consumen en el país y generará recursos para proyectos de investigación” –entre 500 mil y millón y medio de pesos por producto–, para los trabajadores el edificio es un elefante blanco por el que se eliminaron 32 camas de hospital.
Señalaron que lo que necesita el INER es mejorar los servicios que ofrece a los pacientes, además de que –afirman– las autoridades del nosocomio aún no cumplen con todos los requisitos que solicita la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios para autorizar el funcionamiento de dicha unidad.
En entrevista, Cano Valle resaltó que la nueva Unidad de Farmacología será la única y primera que exista en un instituto nacional de salud. Contará con 28 o 32 camas y un área analítica, “lo cual no es frecuente”. Explicó que, por lo general, los laboratorios que operan en el país como terceros autorizados por la Secretaría de Salud (Ssa) para realizar las pruebas de intercambiabilidad carecen de esta integración.
Mencionó que en el INER se harán las evaluaciones de todo tipo de medicamentos y tendrá como prioridad las fórmulas para el control del cáncer, cuyos precios son inaccesibles para 80 por ciento de la población.
Se generará conocimiento
Asimismo, resaltó la necesidad que existe en México de contar con fármacos que cumplan los requisitos de calidad y eficacia comprobadas. “Además –dijo–, la investigación farmacológica es inherente a la misión de los institutos, y ahí se va a generar conocimiento.”
Aclaró que el inmueble “no es tragamonedas para producir dinero”, aunque sí va a representar una fuente de ingresos para el INER, los cuales –afirmó– se destinarán al financiamiento de proyectos de investigación que no cubren el Estado ni la iniciativa privada.
El dinero que se obtenga por esta vía también podría aplicarse en becas para que los médicos realicen estancias académicas en instituciones del extranjero. Actualmente, el presupuesto que proviene del gobierno federal “es suficiente para el aspecto asistencial” –la prestación de los servicios médicos–, aunque en ocasiones parte de ese dinero se utiliza para los estudios de laboratorio de los investigadores.
Señaló que durante 2007, del dinero asignado para la atención de pacientes se tomó un millón 200 mil pesos para que el personal médico pudiera participar en congresos y realizar visitas fuera del país. En lo que va del año se han aplicado 700 mil con el mismo objetivo y “apenas estamos a mitad del año”. Subrayó que en los pasados cuatro años –los que lleva su gestión como director del INER– “no habían salido tantos médicos residentes” como en este periodo.
Cano Valle, quien se prepara para participar en el próximo proceso para la renovación de la dirección general del instituto, comentó que en la nueva Unidad de Farmacología trabajarán alrededor de 25 personas, algunas de las cuales se encuentran en el extranjero en entrenamiento, y otros “que hemos captado de diferentes instituciones, y ahora estarán en el INER, comisionados o por honorarios”, para el análisis de los medicamentos.
Respecto a la capacidad de la nueva unidad, Cano Valle informó que se podrán realizar aproximadamente 40 estudios por año. Según el estudio de que se trate, cada uno tiene un costo que oscila entre 500 mil y 1.5 millones de pesos. El monto depende del tipo y características de producto, así como del número de pacientes que participen en las pruebas.