■ Se inició en la UACM el coloquio-homenaje por los 70 años del escritor y periodista
Carlos Monsiváis ayuda a cambiar las realidades adversas, opina Linda Egan
■ Pese a su constante crítica tiene muchos motivos para documentar su optimismo, dice la experta
■ El aserto de Paz sobre el cronista fue muy ocurrente, pues éste “es un hombre de muchas ideas”
A partir de ayer y hasta este jueves, el patio central de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), campus colonia Del Valle, se ha llenado de carpas blancas, habilitadas como salas de reflexión para continuar el análisis sobre la vida y la obra del escritor Carlos Monsiváis con motivo de los festejos por sus 70 años, cumplidos el pasado domingo 4.
Se trata del coloquio-homenaje De inclusiones, exclusiones y otros olvidos. Carlos Monsiváis, 70 aniversario, el cual fue inaugurado este martes y en el que destacó la participación de la investigadora estadunidense Linda Egan, quien dio la conferencia magistral El máximo México a través de Monsiváis, o el cronista and the last, but not least, word.
Autora del libro Carlos Monsiváis: cultura y crónica en el México contemporáneo (FCE) y que además trabaja otro volumen sobre los aforismos monsivaianos, Egan hizo lo que podría considerarse como una apretada génesis y, a la vez genealogía, del pensamiento y la creatividad del escritor.
Así, abarcó desde el México antiguo, la Colonia y los siglos XIX, XX y lo que va del XXI, entre los que mencionó figuras determinantes para el autor como Sor Juana Inés de la Cruz y momentos históricos como la Revolución Mexicana o el movimiento estudiantil de 1968, éste último fundamental en la “esencialización” del país y en la concreción de su “potencial libertario”.
Tampoco dejó de lado el intenso diálogo de Monsiváis con Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.
Y perfiló varios de sus temas, como “lo mexicano”, la izquierda, la derecha, el centro y la periferia, el adentro (el México de aquí) y el afuera (el México de la emigración a Estados Unidos), la marginación social, el autoritarismo, la tradición, la modernidad, el racismo, el clasismo, la evolución de la sociedad civil y la democratización.
Por ejemplo, dijo Egan, Monsiváis sabe que la democracia “no es la vida fácil”, pero el cronista “nunca ofreció un jardín de rosas” en el largo y tortuoso proceso del país para asumir tanto su amplia diversidad como para avanzar en su maduración civilizatoria.
Tan terco como la realidad
Linda Egan, quien llamó a Monsiváis “insigne observador”, “gran humanista y activista mexicano”, de gran congruencia “entre lo que escribe y lo que hace”, y cuyas crónicas “aligeran el corazón”, dijo que, pese a su constante crítica social, política y cultural, el escritor tiene muchos motivos para documentar su optimismo, pues él es “tan terco” como la realidad.
La investigadora destacó el afán de Monsiváis de contribuir a cambiar las realidades adversas de su país mediante su trabajo creativo, como diciendo, agregó Egan:
“Pueblo, gente mexicana, ya no vayas diciendo ni modo. Mejor ve qué modos hay de cambiar eso. Deja de victimizarte. Hay que pensarse salvados, hay una mejor manera de ser. En la visión de los trabajadores y marginados sólo hay que abrir la puerta para que salgan las potencialidades, ya no como un símbolo, sino como una realidad.”
Mientras hablaba, y en señal de que realizaba una cita textual de Monsiváis, Egan levantaba de manera constante una pequeña pancarta con la imagen de un “Monsivayótl”, en la que el escritor aparece como un tlacuilo prehispánico, sentado y, sobre su cabeza, en lugar de un jaguar, la figura de uno de sus gatos.
Al final, interrogada sobre la opinión de Octavio Paz de que Monsiváis era un hombre de ocurrencias, más que de ideas, Egan respondió: “Es una sentencia muy ocurrente. Monsiváis es un hombre de muchas ideas”.
Este jueves a las 6 de la tarde, Carlos Monsiváis recibirá en el auditorio de la UACM el “Doctorado Honoris Causas Perdidas”. Se trata de la primera vez que se entrega esa distinción.