Autor de una imagen posapocalíptica de la urbe
En el contexto del coloquio organizado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) para rendir homenaje al escritor Carlos Monsiváis, por sus 70 años, Tanus Karam Cárdenas, coordinador del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de esa institución, destacó la imagen posapocalíptica que el autor de Amor perdido, entre otros, ha reflejado en sus crónicas-ensayo sobre la ciudad de México.
“Lo que particularmente me gusta de él es esta dimensión posapocalíptica, en la cual Monsiváis menciona que no estamos en la víspera de una catástrofe, sino que ya nosotros somos sobrevivientes de una colisión”, dijo en entrevista.
Karam, quien ha estudiado la obra de Monsiváis y forma parte del comité organizador del coloquio, apuntó que llama mucho su atención esta perspectiva en las crónicas del autor homenajeado porque mediante ésta se ubica ligeramente en las antípodas de Salvador Novo, uno de sus maestros, “mientras que Novo manejaba una visión totalmente grandilocuente, optimista, de esta ciudad, de los años 40 y los 50; Monsiváis sabe ser la línea entre esa urbe todavía abarcable de los años 70 y 80 y ésta inabarcable ya del siglo XXI, no es casual que Los rituales del caos aparezca como libro sintomático en los años 90”.
Respecto de la trascendencia de que haya quien interprete a una urbe como la ciudad de México, expresó: “en primer lugar es el valiente que la interpreta y claro, Monsiváis lo intenta de una manera que es increíble por el estilo que asume”.
Para Karam Cárdenas, “un análisis sesudo, sociodemográfico, tipo del INEGI, sería lo más inverosímil, sería un ejercicio de ficción, entonces: si algo lo hace verosímil, creíble, son las estrategias no funcionales de varios de sus textos”.
Señaló que aunque Monsiváis ha escrito mucho sobre la ciudad, en lo personal le pediría una crónica sobre los embotellamientos, espacios de desesperación en los que ha pensado huir de la urbe, ya que “a lo mejor como él no maneja, siempre los refiere de manera indirecta; pero hasta donde me acuerdo, no hay un alter ego, un teórico, súbdito o alguna de estas personalidades que él haya construido desde un congestionamiento monumental”.