Antrobiótica
■ Apuntes para el melón
Ampliar la imagen Fruta bien conocida que crece en matas pequeñas. En la imagen, un puesto en Iztapalapa Foto: María Luisa Severiano
I
Corta su piel, que es corrugada y olorosa a mercado, o lisa y resbalosa, y míralo: el color de su carne es color Pantone 149 C –más o menos lo que llaman “melón”– o verde apenas, suave combinación de amarillo y cian, como el Pantone 373 C; huele un poco a miel. Dice el de Autoridades que es “fruta bien conocida, de que hai muchas diferencias, y crece en unas matas pequeñas semejantes à las de los pepinos. Hailos de diferentes tamaños y figuras, y son compuestos de una carne dulce y deliciosa al gusto, cubierta de una corteza ò cáscara, que suele estar llena de señales ò rayas a modo de letras, por lo qual se llaman Escritos: y en lo interno se halla la simiente, que son unas pepitas largas y angostas, de color amarillo, las quales están rodeadas de una tela blanca, y como deshilachada, que se llaman las Tripas”. Como tantas cosas bellas, el melón llegó a España con los árabes. El anónimo autor del Viaje de Turquía, odisea dedicada al muy alto y muy poderoso, cathólico y christianíssimo señor don Phelipe, Rey d’España, Yngalaterra y Nápoles, dice: “Salido de Castilla no hallaréis camuesa ni çiruela regañada, en parte de las que hay hasta Hierusalem; pero hay unas mançanas pequeñas en Constantinopla, que llaman moscateles, que son tan buenas como las camuesas; pera, mançana y melón grande es la quantidad que hay allá, y todo ello sin comparación
O ésta de “mi bueno y olvidado Saint-Amant”: Non le coco, fruit délectable qui lui tout seul fournit la table/ de tous les mets
Luján tenía una venerable inclinación francesa; tal vez no conoció estos enternecedores versos de HD: Have you seen fruit under cover/ that wanted light– pears wadded in cloth,/ protected from the frost,/ melons, almost ripe,/ smothered in straw?: ¿Tú los has visto, los frutos envueltos, faltos de luz, los melones casi maduros asfixiándose en paja? Déjalos fuera: que se pongan amarillos en la luz del invierno, agrios incluso: es mejor el sabor de la escarcha (Or the melon–/ let it bleach yellow/ in the winter light,/ even tart to the taste–/ it is better to taste of frost–/ the exquisite frost), pero miente también, miente.
Marvell imagina un jardín dichosísimo, What wond’rous life in this I lead!/ Ripe apples drop about my head;/ The luscious clusters of the vine/ Upon my mouth do crush their wine;/ The nectarine and curious peach/ Into my hands themselves do reach;/ Stumbling on melons as I pass, Ensnar’d with flow’rs, I fall on grass,/ hecho de manzanas que se caen de maduras, de vides que exprimen su vino a voluntad sobre los labios, de duraznos curiosos y nectarinas y, obvio, de melones que salen al paso y te hacen tropezar gozoso y feliz sobre el verdor.
II. Centón
No el delectable coco, surtidor de las mesas ni la caricia de las rosas mojadas por las aguas de Creta; ni la ciruela endrina o la melosa; ni la castaña o nuez, ni la preciosa guinda, y cereza, y la bellota, y pera; ni la almendra ni el higo azucarado; y no el membrillo agudo, ni la almécina y armada piña, y la naranja, y lima, y cidra que yo tengo en más estima; ni la fresa con crema ni el maná; no prolongar la fiesta; no volver a ella y a su imposible hermosura, ni quedarme un rato más, ni mirar sus ojos otras dos horas esa noche. Melón, árabe melón, y delicado, líquido melón, la frescura de tu agua en la garganta es cuanto yo quisiera esta tórrida tarde.