■ Por falta de elementos queda en libertad uno de los presuntos homicidas del jefe policiaco
La PGR, sin pruebas de que los Beltrán Leyva hayan asesinado a Édgar Millán
■ Otro de los implicados en el crimen es trasladado del hospital a una casa de arraigo de la procuraduría
Ampliar la imagen En imagen de archivo, Édgar Millán, alto mando policiaco asesinado hace unos días en la colonia Guerrero Foto: Ap
La Procuraduría General de la República (PGR) no cuenta hasta el momento con pruebas sólidas que demuestren que los hermanos Beltrán Leyva, integrantes del cártel de Sinaloa o de La Federación, son los presuntos autores intelectuales del homicidio de Édgar Millán, coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva (PFP) asesinado el pasado jueves en la ciudad de México.
El lunes pasado, en conferencia de prensa, Gerardo Garay, coordinador de la División Antidrogas de la PFP, aseguró que la principal línea de investigación apunta hacia los hermanos Beltrán Leyva como responsables directos del crimen por una supuesta venganza, tras diversos decomisos de droga hechos por policías federales en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Sin embargo, en documentos del juzgado octavo de distrito que constan en el expediente 8/2008, con el que se concedió el arraigo por 90 días en contra de cinco involucrados en el homicidio, se confirma que la PGR no tiene aún pruebas para llegar a la conclusión de que fue el cártel de Sinaloa el responsable del asesinato por un presunto móvil de venganza.
En dicho expediente, consultado por La Jornada, sólo existen indicios para relacionar a un elemento en activo de la PFP como el orquestador del atentado, ya que cruzó en diversas ocasiones llamadas telefónicas con Alejandro Ramírez Báez, a quien se acusa de haber disparado nueve balazos a Millán en su casa.
Se trata de José Antonio Martín Montes Garfias, elemento de la coordinación de seguridad regional de la PFP en Culiacán, Sinaloa, quien al menos en tres ocasiones tuvo comunicación con Ramírez Báez.
En tanto, la PGR tuvo que poner en libertad con las reservas de ley a uno de los implicados en este crimen, al no acreditarse cargos en su contra.
Se trata de Josué Ortega Gallegos, a quien la SSP federal presentó el pasado lunes, en conferencia de prensa, como uno los integrantes de la banda delictiva que organizó el homicidio de Millán Gómez, supuestamente contratado por el cártel de Sinaloa.
Asimismo, ayer fue arraigado Alejandro Ramírez en el Centro Nacional de Investigaciones de la PGR. Custodiado por elementos de la PFP , fue trasladado del hospital donde convalecía, en la colonia Roma, a una casa especial ubicada en la colonia Doctores.
Junto con Ramírez se encuentran arraigados Juana Virginia González, María Teresa Villanueva, José Antonio Martínez Montes Garfias y José Ortega Gallegos, como cómplices del primero.
Son sólo “inferencias”
Según consta en el expediente 8/2008, del juzgado octavo, entre las pruebas presentadas al juez para obtener el arraigo contra cinco inculpados en el crimen destacan las fotografías del cadáver del jefe policiaco, el registro de llamadas a cuatro celulares y diversos sistemas de radiocomunicación, así como las armas que utilizó el asesino material, diversos vehículos y un juego de llaves de la casa de Millán.
Sin embargo, no aparece registro en el expediente de algún testimonio o prueba documental que demuestre, aunque sea de manera indiciaria, que los hermanos Beltrán Leyva hubieran ordenado o planeado el asesinato del coordinador de Seguridad Regional de la PFP.
“De las constancias de investigación se infiere una presunta relación delictiva entre el elementos federal José Antonio Martín Montes Garfias y la organización delictiva que comandan (los hermanos) Beltrán Leyva, que se disputan la plaza de Culiacán, Sinaloa”, dijo la PGR al juzgado octavo al solicitar el arraigo de cinco implicados en el homicidio.
Las investigaciones continuarán durante los próximos 90 días que durará el arraigo contra los inculpados.