Usted está aquí: miércoles 14 de mayo de 2008 Mundo Estrategas de Obama y McCain ya preparan la campaña para noviembre

■ Clinton, casi descartada pese a su holgado triunfo en las primarias de Virginia Occidental

Estrategas de Obama y McCain ya preparan la campaña para noviembre

■ Asesores de la senadora comentan que es posible que se retire de la contienda esta semana

David Brooks (Corresponsal)

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Ampliar la imagen Barack Obama, precandidato demócrata a la contienda presidencial estadunidense, durante un discurso ayer en Cape Cirardeau, Misuri; su contendiente Hillary Clinton al celebrar ante simpatizantes la victoria en las primarias de Virginia Occidental, en el Centro Cívico de Charleston. Abajo, el senador John McCain, virtual aspirante republicano a la Casa Blanca, durante una mesa de debate sobre medio ambiente realizada en North Bend, Washington Barack Obama, precandidato demócrata a la contienda presidencial estadunidense, durante un discurso ayer en Cape Cirardeau, Misuri; su contendiente Hillary Clinton al celebrar ante simpatizantes la victoria en las primarias de Virginia Occidental, en el Centro Cívico de Charleston. Abajo, el senador John McCain, virtual aspirante republicano a la Casa Blanca, durante una mesa de debate sobre medio ambiente realizada en North Bend, Washington Foto: Ap

Nueva York, 13 de mayo. Mientras Hillary Clinton festejaba su holgado triunfo en la elección primaria en Virginia Occidental, su contrincante demócrata Barack Obama y el candidato republicano John McCain se preparaban para las elecciones generales a la presidencia, como si la precandidata ya no existiera.

El triunfo de Clinton en esta primaria, a pesar de ser abrumador (vale recordar que Virginia Occidental es 95 por ciento blanco), cambió poco la matemática electoral, ya que Obama goza de tal ventaja en voto popular y en delegados comprometidos, que está casi descontada la presencia de la senadora como aspirante a la presidencia.

Así, los estrategas y asesores de Obama y McCain ya están negociando la primera fase de lo que será la elección general con la propuesta del republicano para realizar una serie de foros públicos conjuntos en varios puntos del país, aun antes de los debates entre los candidatos de ambos partidos que se llevarán a cabo después de que sean oficialmente nominados en las convenciones nacionales de sus respectivos partidos, a finales del verano.

Incluso aliados de alto perfil de Clinton en su propio estado –su colega en el Senado Charles Schumer y el ex alcalde de Nueva York Ed Koch– ya la están promoviendo como posible candidata a la vicepresidencia en la fórmula de Obama, o sea, aceptando abiertamente su derrota.

Por cierto, algunas fuentes de alto nivel de la propia campaña de Clinton ya comentan a los medios que se está evaluando la mejor manera de anunciar el fin de su candidatura; uno de ellos dijo al New York Times que “Obama tiene tanta ventaja a estas alturas que es difícil ver que cualquier cosa que podamos lograr, aun con amplios triunfos, pueda cambiar el juego”.

Obama gozaba de una ventaja de casi 180 delegados (incluidos superdelegados, donde tiene una ventaja mayor de diez) sobre Clinton antes de esta noche, según el conteo de la agencia Ap. En Virginia Occidental estaban en juego unos 28 delegados entre los demócratas, los cuales serán divididos entre los precandidatos según la proporción del voto que lograron. Hay cinco primarias más antes del 3 de junio, con 235 delegados más en juego.

Pero Obama estaba, antes de esta noche, a sólo 154 delegados de llegar a la meta de 2 mil 25 requeridos para ganar la nominación, y aunque pierda la mitad de estos últimos comicios, podría llegar al número mágico el 3 de junio si continúa recibiendo el apoyo de los superdelegados al mismo ritmo que esta semana, donde 27 de éstos, integrantes de la cúpula del partido, se inclinaron por él.

Sin embargo, Clinton buscó proyectar este triunfo como un giro en la contienda e insistió en que ella ganará al final. “Con este triunfo estoy más determinada que nunca en seguir en esta campaña hasta que todas las voces sean escuchadas”, afirmó ante simpatizantes reunidos en Charleston, Virginia Occidental. Adoptó un tono conciliatorio con su contrincante al decir que en lo fundamental están unidos, pero insistió en que “esta campaña aún no ha concluido”, y en un mensaje dirigido explícitamente a los superdelegados, sostuvo: “yo soy la candidata más fuerte” para contender contra los republicanos en la elección general. “Yo jamás me daré por vencida”, y subrayó que esto se trata de ver quién de los dos precandidatos es el que tiene mayor oportunidad de ganar en noviembre.

Sin embargo, otros asesores comentan que ella podría considerar abandonar la campaña esta misma semana con la celebración de un triunfo esta noche, o tal vez poco después del próximo martes, cuando se espera que gane la primaria en Kentucky (aunque ese mismo día, Oregon celebra su primaria, donde Obama casi tiene asegurada la victoria). El juego favorito ahora en Washington es apostar sobre cuándo se retirará, y cómo.

Un alto funcionario del Partido Demócrata que participa en las negociaciones sobre el posible fin de la campaña de Clinton comentó al New York Daily News que “estamos intentando formular una estrategia de salida con gracia que ayude al partido, ayude a Barack, pero más que nada le ayude a ella y proteja el legado de Bill (el ex presidente Clinton)”.

Un par de triunfos más antes de abandonar su campaña, señalan algunos estrategas, podría ser una forma de buscar ser candidata a la vicepresidencia, aunque hay pocos indicios de que Obama esté interesado en invitarla a ser su segundo.

Al mismo tiempo, Obama y el republicano John McCain ya elaboran estrategias para las elecciones generales que culminarán el 4 de noviembre. Ambos evalúan cómo llegar a sectores electorales claves, entre ellos los latinos, que podrían ser un factor decisivo en estados del suroeste. A la vez, los dos miden fuerzas en torno al sector independiente (no afiliado con ninguno de los dos partidos) en donde ambos tienen presencia.

Pero los dos enfrentan un panorama político complicado con una guerra aparentemente sin fin, una economía en crisis, un sistema de salud inoperante para millones y el problema de la migración.

Los estadunidenses están más pesimistas en esta coyuntura. Según una encuesta del Washington Post y ABC News difundida hoy, 81 por ciento dice que el país camina en una dirección equivocada, el peor nivel en 15 años. Sin embargo, a pesar de un creciente rechazo de los republicanos, McCain sorprendentemente mantiene un apoyo significativo entre el electorado nacional, exhibiendo su perfil como un político menos relacionado con el actual presidente y su gobierno. Mientras que el nivel de aprobación de George W. Bush registró su punto más bajo en esta encuesta, McCain ha logrado evadir esa ola de desprecio dirigida al presidente y su partido. Esto indica, según analistas, que mantener cierta distancia del presidente será clave para el candidato republicano.

La encuesta registra que los demócratas gozan de una ventaja de unos 21 puntos sobre los republicanos como el partido que más capacidad tiene para abordar los problemas nacionales. Pero en una elección hipotética entre Obama y MCain ahora, el demócrata sólo goza de un margen de 51 por ciento frente a 44 por ciento sobre su aparente contrincante (sólo hay tres puntos de ventaja de Clinton frente a McCain).

 
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