■ Junto con el rector y catedráticos de la UNAM defiende la laicidad de la enseñanza superior
Universidad pública, razón de ser de la República, afirma Monsiváis
■ En momentos críticos, estas instituciones asumen la defensa de las libertades, dice el escritor
■ México requiere una sociedad mucho más educada para salir adelante, advierte José Narro
Ampliar la imagen El escritor Carlos Monsiváis durante la exposición de su conferencia magistral sobre la universidad pública. Lo acompaña el rector de la UNAM, José Narro Foto: Carlos Ramos Mamahua
En abierta defensa de la universidad pública, catedráticos e investigadores advirtieron que prolongar el abandono presupuestal y atentar contra su condición de instituciones laicas, donde son tradición la libre expresión y el debate de ideas, pone en riesgo no sólo el sistema nacional de educación superior, sino el futuro de la nación.
Reunidos en el auditorio Antonio Caso de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde el escritor y periodista Carlos Monsiváis dictó una conferencia magistral sobre la universidad pública, a la que consideró “una de las razones de ser de la República”, catedráticos como Manuel Peimbert Sierra, presidente de la Junta de Gobierno de la máxima casa de estudios, y Rolando Cordera, también miembro de este organismo, destacaron que la universidad pública es un espacio no sólo abierto al pensamiento y la reflexión plural, sino una esperanza para miles de jóvenes que desean construir una mejor sociedad.
Por su parte, el rector de la UNAM, José Narro Robles, aseguró que México requiere instituciones públicas fortalecidas, con mayores recursos destinados tanto a la educación superior como a la investigación científica y tecnológica, “pero también –insistió– es responsabilidad de todos los sectores sociales comprender que en una institución de esta naturaleza se debe actuar con gran libertad, autonomía y profunda responsabilidad social”.
Destacó que sin el fortalecimiento de dicho nivel de enseñanza “no vamos a salir adelante en la llamada sociedad del conocimiento ni a vencer muchas de las graves desigualdades que tiene el país en materia de justicia, servicios fundamentales y democracia, pues para avanzar requerimos una sociedad mucho más educada”.
Advirtió que si no hay mayor inversión en el sector, en algunos años “vamos a encontrarnos con el reclamo que vemos en otras áreas, de que hubo desatención intencional, descuido absolutamente programado para desmantelar la enseñanza superior pública”.
Por ello, advirtió que las universidades “no vamos a ceder en la defensa de lo que tenemos y hemos hecho en tantos años, ni vamos a dejar de mantener espacios, como el de esta universidad emblemática, abiertos, críticos, plurales, libres y absolutamente comprometidos con las necesidades de la sociedad”.
En tanto. Monsiváis destacó el papel de la universidad pública como espacio de libertades, representación nítida del Estado laico y de las razones de ser del laicismo, pero también como instituciones que preservan y enriquecen “críticamente” el interés por lo nacional, pero sin descuidar el conocimiento y la pasión por lo internacional.
Advirtió que la investigación y el desarrollo tecnológico aún son “patrimonio” de las universidades públicas, pero también emblematizan el espacio que el Estado y la sociedad conceden al país en materia de libertad de expresión, disidencia política y moral.
Destacó que en momentos críticos las universidades públicas son las que asumen la defensa de las libertades, lo que les atrae el odio del autoritarismo. Agregó que a pesar del acoso presupuestal y las campañas de desprestigio, como la desatada de forma “muy mezquina y malévola” contra la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, “porque ahí se forman subversivos”, las instituciones públicas de educación superior “cumplen funciones esenciales, porque también son el centro sistemático y constante de aportaciones científicas e intelectuales en México y América Latina”.
Afirmó que quienes desde las más altas posiciones del gobierno califican a la UNAM de “refugio de holgazanes y malvivientes son los mismos que en otro nivel y con el candor de la impudicia se preguntan qué perdería el país con refinerías privadas”.
Universidad de masas
Por ello, advirtió que es necesario eliminar la “carga opresiva” del concepto de universidad de masas, el cual alimenta el “prejuicio sobre la degradación estudiantil y académica, pues la vida académica es más informada y productiva, no sólo por la proliferación de centros e institutos de investigación, sino porque la academia es la masa crítica que remplaza a los intelectuales públicos, que son una especie en extinción”.
No obstante, destacó que “la leyenda pesa y, al no desmontarse el concepto de universidad masa, continúa operando con resultados sicológicos, políticos y culturales, similares a conceptos como subdesarrollo o tercermundismo”.
Monsiváis también señaló las limitaciones de la universidad pública, debido a la hiperconcentración de matrícula en algunas carreras y la reacción “pasiva” de las instituciones de educación superior ante las demandas de desarrollo equilibrado y “tendencialmente crítico”.
En tanto, Tonatiuh Bravo Padilla, presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, afirmó que la universidad pública, como bien que debe estar al servicio de la sociedad, no puede obedecer únicamente las leyes del mercado, y consideró que es responsabilidad del Estado mexicano su fortalecimiento y consolidación.