■ Calderón prometió justicia pero los autores del crimen están libres
El asesinato del ecologista Aldo Zamora, impune un año después
■ El gobernador mexiquense Enrique Peña rechaza tratar el asunto
Ocuilán, estado de México, 15 de mayo. El rostro de Ildefonso Zamora refleja los estragos del dolor. Hace un año un grupo de talamontes mató a su hijo Aldo, quien había documentado la actividad ilegal en los bosques de la zona. Aunque el presidente Felipe Calderón, el 12 de julio, le prometió que habría justicia, ésta no ha llegado y las amenazas sobre la comunidad de San Juan Atzingo no han cesado.
En 2007, el Día del Árbol se celebró en un paraje de la comunidad; ahí, el titular del Ejecutivo le dijo a Ildefonso, presidente de bienes comunales de San Juan Atzingo, que el asesinato de su hijo no quedaría impune: “se compromete mi gobierno, por mi conducto, a que junto con las autoridades del estado de México persigamos sin descanso hasta dar con los culpables e imponerles el castigo que se merecen”.
Meses después, el 7 de enero, la Presidencia de la República envió una carta a Ildefonso en la que le señala que el caso es competencia del gobierno estatal y “el presidente de la República no está facultado para intervenir de manera alguna en la resolución del mismo”. De parte del gobierno del estado de México tampoco han obtenido respuesta; “el gobernador Enrique Peña Nieto, no quiere hablar del tema. Estoy decepcionado. No pido favores, pido justicia”, dijo Zamora este día, en la conmemoración del primer año de la muerte de Aldo.
Aun así, continúan los trabajos de la comunidad por conservar el bosque y tras el asesinato de Aldo Zamora les han llegado algunos apoyos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Ildefonso se lamenta que tuvo que ocurrir esa muerte para que los ojos del gobierno federal se posaran en la problemática forestal de este lugar.
El 15 de mayo de 2007, entre las 18 y 19 horas, cuatro taladores emboscaron a los hermanos Aldo y Misael Zamora, y aunque ya fueron identificados, pues Misael sobrevivió, los autores materiales no han sido detenidos; se trata de Luis y Alejo Encarnación Neri; los otros dos cómplices ya están en proceso judicial.
Este día, durante un recorrido por la comunidad, su asesor Fernando Díaz explicó que han tenido avances en el trabajo forestal, como las labores de limpieza del bosque, los programas de reforestación, la próxima apertura de un vivero para producir 140 mil plantas de oyamel, pero también han enfrentado problemas como la quema de dos cabañas turísticas –cada una con inversión de 300 mil pesos– en la laguna Tonatiahua, una de las tres lagunas de Zempoala que aún quedan. Pese a ello, están construyendo una nueva y esperan ahora sí contar con vigilancia para su cuidado.
Además, precisamente por el trabajo que realizan en la limpieza del bosque en preparación para reforestar, Luis Rodríguez Varela, junto con un grupo de personas del poblado San Nicolás Coatepec, busca detener esos trabajos y para ello está metiendo escritos ante las autoridades para suspender los trabajos, por lo que “creemos que ellos impulsan la tala clandestina y están aliados con los talamontes, por eso quieren detener los trabajos de reforestación”, dijo Ildefonso Zamora.
Ante los directores de Greenpeace en México, Patricia Arendar, y de la organización a escala internacional, Gerd Leipold, así como el delegado de la Profepa en el estado de México, José Luis Carlos Santos, la comunidad de San Juan Atzingo informó que ha tomado el riesgo de continuar con el cuidado de su bosque.
Ante esto crearon un comité de vigilancia ambiental participativa que en este año ya ha realizado 142 recorridos de vigilancia, la tala clandestina ha bajado en 95 por ciento y un ejemplo de esto es que antes se hacía a cualquier hora, actualmente los taladores trabajan en la madrugada y la afectación es de alrededor de media hectárea. Por ello la comunidad demandó el reinicio en esta zona del programa “cero tolerancia” y aseguró que no suspenderán su trabajo.
Al termino de la visita, Ildefonso Zamora dijo que “el 15 de mayo será inolvidable, se recordará a un joven ambientalista que nos ayudó a cuidar los bosques y documentar las pruebas de la tala. Mi vida cambió y seguimos en pie de lucha”.