■ Otorga el rector reconocimiento de eméritos a académicos
Llama Rolando Cordera a consolidar la vocación nacional de la UNAM
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Rolando Cordera, de la Facultad de Economía, fue investido como profesor emérito de la UNAM por el rector José Narro Robles, en la ceremonia por el Día del Maestro
Foto: Notimex
Al recibir el reconocimiento como profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rolando Cordera Campos, catedrático de la Facultad de Economía e integrante de la Junta de Gobierno de esta institución, llamó a consolidar la vocación nacional de la máxima casa de estudios y a evitar su enclaustramiento, en momentos en que el país afronta a “ciegas problemas que requieren el concurso de la meditación y de la idea”.
En un mensaje a nombre de los académicos e investigadores a quienes el rector de la UNAM, José Narro Robles, invistió como eméritos, destacó que hoy más que nunca es vigente la idea fundadora de la universidad como una comunidad “volcada al mundo, consciente de sus tiempos, dedicada a levantar y proteger los inventarios de los recursos nacionales y atenta a los desafíos, las realidades y las hazañas del talento, la ciencia y la cultura internacionales”.
En una ceremonia por el Día del Maestro, donde también se entregó el reconocimiento al mérito universitario a 25 profesores e investigadores con 50 años de labor académica, así como a 877 docentes con 35 y 25 años de trabajo, Cordera Campos afirmó que el cultivo de la ciencia y la cultura no puede entenderse como “enclaustramiento y contemplación escolástica”, sino como una participación de los saberes y activos intelectuales para la afirmación de un Estado nacional soberano.
La Universidad Nacional, afirmó, hoy más que nunca debe abrir sus saberes y conocimientos, y participar activamente en el actual debate sobre la energía y el petróleo, por lo que consideró que debe reconocerse como institucional nacional “no sólo por la extensión de sus planteles, sino por una hermandad activa, generosa y constructiva con el resto de las universidades públicas. Una concentración entre iguales, que se hacen cargo de sus diferencias y desniveles, puede permitir una redición de lo público para la defender la universidad y la enseñanza”.