■ Proponen expertos hacer obligatorio atender problemas de las urbes
Reside en ciudades uno de cada tres mexicanos pobres
■ Falta de agua y desempleo, entre los principales conflictos: Conapo
Ampliar la imagen Según datos del INEGI, más de la mitad de los habitantes de las ciudades carece de patrimonio. La imagen, en una colonia del Distrito Federal Foto: Roberto García Ortiz
Ante la urbanización de la pobreza, es necesario modificar la Constitución, a fin de obligar a los tres niveles de gobierno a coordinarse para atender la problemática de las zonas metropolitanas, como única alternativa para evitar el avance de los rezagos sociales en estas áreas, advirtieron especialistas.
Durante la presentación del libro Delimitación de las zonas metropolitanas de México 2005, la secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo), Elena Zúñiga, precisó que 37 de las 56 zonas metropolitanas se encuentran con baja y muy baja disponibilidad de agua, mientras que son comunes el empleo informal y el transporte insuficiente.
De acuerdo con el Conapo y el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), en las ciudades reside una de cada tres personas en situación de pobreza alimentaria y poco más de la mitad de la población carece de patrimonio.
La obra presentada ayer es continuación de los trabajos iniciados en 2002 para delimitar los espacios geográficos en que se ubican las ciudades que se han extendido más allá de sus límites municipales y que integran física o funcionalmente a la población de las localidades cercanas.
De acuerdo con los estudios interinstitucionales, en México existen 56 zonas metropolitanas, de las cuales 29 tienen menos de 500 mil habitantes, 18 son urbes intermedias (más de 500 mil y menos de un millón de pobladores) y las nueve restantes son de más de un millón.
En conjunto, en esos conglomerados residen 58 millones de personas, que representan poco más de la mitad de la población nacional.
La importancia de las zonas metropolitanas está en que ahí se generan dos terceras partes del empleo total y 75 por ciento del producto interno bruto, pero en mayor o menor grado enfrentan “complejos retos” que redundan en pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio.
Zúñiga alertó que en las próximas décadas el proceso de urbanización se profundizará, porque en esas áreas ocurrirá 90 por ciento del crecimiento demográfico y los requerimientos de vivienda aumentarán en el rango de 15 a 22 millones en los siguientes 22 años; es decir, casi 60 por ciento del incremento en la demanda nacional de habitación.
Situación similar se advertirá en materia de empleo, cuya demanda aumentará en 9 millones en los próximos 20 años, de ahí “la necesidad de contar con sólidos esquemas de gobernabilidad metropolitana” y una amplia y efectiva participación de la ciudadanía, sobre todo de políticas públicas para abatir la pobreza y la exclusión social.
El doctor Alfonso Iracheta, investigador de El Colegio Mexiquense y coordinador nacional de la Red Mexicana de Ciudades, advirtió que a pesar del incremento de las urbes no existe una propuesta de solución para el largo plazo, principalmente para atender el desorden en servicios básicos.
En la presentación del libro participaron también el presidente del INEGI, Gilberto Calvillo; la subsecretaria de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio, Sara Topelson; el presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano, diputado Obdulio Ávila, y la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Ana Teresa Aranda, quien ante las alertas de los especialistas declaró: “Creo que no es un asunto que podamos acusar de grave, es una oportunidad para el país el hecho de contar con zonas metropolitanas que nos den espacio para organizarnos mejor”.