■ Las limitaciones para enseñar, tanto en la escuela pública como en la privada: docentes
La alianza para la educación, otro pacto político alejado de la realidad, estiman
Docentes con más de 50 años de servicios afirmaron que la llamada Alianza para la Calidad de la Educación, impulsada por el gobierno federal y la dirigente nacional del gremio magisterial, Elba Esther Gordillo, es “uno más de los pactos políticos que se construyen fuera de la realidad, distantes de la escuela pública, de los maestros y de los niños”.
Quienes hablan con burla y desprecio del magisterio nacional, al que “acusan de todos los males, desconocen que durante muchas décadas fuimos los formadores de grandes hombres y mujeres del país; incluso quienes tenían los mejores ingresos enviaban a sus hijos con nosotros, pero hoy se pretende denostar a la escuela pública como lo peor”, dijeron.
En México, insistió María de Lourdes Pinto, profesora de educación primaria con más de 50 años de servicio, hay muy buenos maestros, a pesar de que “siempre hay unos cuantos que prefieren tirar todo por la borda, pero han sido mayoría quienes realizamos nuestro trabajo con mucho amor, aunque el magisterio siempre ha estado necesitado de recursos, de apoyo pedagógico, y a veces hasta de cosas tan indispensables como que los niños tuvieran qué comer”.
Desde los años 50 del siglo pasado, cuando había enormes requerimientos para realizar la tarea educativa, los maestros, insistió, “siempre sacamos fuerza de nuestra propia necesidad para salir adelante, y no fueron pocas las ocasiones en que los profesores daban a sus alumnos hasta la torta que traíamos de casa, porque siempre había quienes sólo comían una o dos veces al día”.
Tras cumplir con un servicio en el que atendió a miles de niños en la delegación Coyoacán, en la capital del país, Pinto afirmó que las diferencias sociales entre los estudiantes de las “mejores colonias y de aquellas donde falta todo se pueden superar si a los alumnos de escasos recursos se les dan los incentivos.
“En nuestro tiempo no había las llamadas nuevas tecnologías, pero cuando les dabas incentivos para aprender, descubríamos estudiantes que en general eran brillantes y dedicados”. Sin embargo, las limitaciones, agregó, “siempre han estado ahí, no sólo en la escuela pública. También ejercí el magisterio en instituciones privadas, y no eran pocos los casos donde los maestros recibían como único apoyo dos gises a la semana”.
Ahora, lamentó, “se nos acusa de todos los males de la educación, y muchos profesores jubilados nos preguntamos si se ha olvidado que los grandes hombres y mujeres de hoy pasaron por la escuela pública. Que importantes creadores, como Diego Rivera, a quien no pocos vimos pintar sus murales en la Secretaría de Educación Pública, exaltaron el lugar que debe ocupar la educación pública en México”.
Por ello, maestros jubilados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación afirmaron que a los sectores sociales que hoy se preguntan “en manos de quién están nuestros hijos, habría que decirles que a los maestros que ejercen ahora y quienes estuvimos en el servicio la mayor parte de nuestra vida, no nos mueve el interés económico, aunque siempre hemos estado necesitados, porque para muchos han trascurrido años antes de recibir incrementos salariales de 25 pesos”.
No obstante, destacaron que el “colmo de la burla y el desprecio es que ahora se pretenda premiar a los que rindan más, como si la educación fuera sólo cuestión de entregar un buen producto”.
Y advirtieron que mientras el interés personal siga ocupando el primer lugar de la agenda educativa, nuestro país “sólo podrá ir hacia atrás, no de cara al futuro, pues se ha olvidado que no podemos jugar con uno de los pilares de la nación: la educación”.
Causa tristeza, afirmaron, que se siga abusando de la labor educativa que “debería ser no sólo una prioridad del Estado, sino un servicio a la patria”.