Crece tensión por bloqueos en Argentina
Buenos Aires, 16 de mayo. La decisión de cuatro entidades rurales de protagonizar un paro patronal –desde hace nueve días– y continuarlo hasta el próximo 21 de mayo causó “asombro, frustración e indignación” en el gobierno, señaló el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien calificó la medida de “enorme irresponsabilidad”, al tiempo que vuelve a crecer la tensión por los bloqueos de algunas rutas clave.
Periodistas que apoyaban el paro patronal se mostraron sorprendidos porque esperaban una respuesta positiva al discurso conciliador de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, previo a su partida a la cumbre de Perú.
“El gobierno esperaba respuesta favorable (....) No teníamos predisposición a que esto continuara de esta manera. Creíamos que realmente tenían racionalidad y volverían al diálogo”, expresó Randazzo en declaraciones a una radio local.
Al parecer los productores entienden que sólo si se vuelve atrás en la medida de las retenciones móviles impuestas por el gobierno a las exportaciones millonarias de soya levantarán la medida, con lo cual están negando toda posibilidad de diálogo. Pero este segundo paro evidenció mayor aislamiento y sus movilizaciones no han resultado lo que esperaban.
Medida “irrespetuosa”
Randazzo agregó que, además de irresponsable, la medida de los productores es “irrespetuosa contra la presidenta”, quien fue electa por el voto mayoritario y asumió en diciembre pasado, y consideró que la disposición también estaba dirigida contra el pueblo.
El ministro recordó que hubo concesiones del Ejecutivo, como regreso “a las retenciones de 35 por ciento (sin aumentos) para los pequeños productores y subsidios a flete, trigo y carne”, y propuso una agenda de 15 puntos”. En respuesta, los dirigentes de las cuatro entidades se “fueron de la reunión y convocaron a un paro”, por lo que no queda claro lo que está detrás de esas acciones, manifestó.
“El Grupo de los Cuatro (líderes de entidades agrarias) oculta que ya han recibido respuesta a sus reclamos, pero no pueden aceptarlas porque implicaría blanquear parte de sus operaciones comerciales para recibir las compensaciones por retenciones y fletes”, sostiene el analista Alfredo Zaiat. Añade que los dirigentes “deberían reconocer simplemente, para transparentar el conflicto, que el diálogo para ellos es la subordinación del Poder Ejecutivo y que algunos están pensando más en su carrera política que en resolver la crisis”.