¿La Fiesta En Paz?
■ Inicia hoy temporada chica
■ Presentación de Sin sangre, Pajarito, de Carlos Hernández
Hoy, la mayoría de ellos parece haberlo olvidado, pero un novillero, si de verdad tiene vocación, cualidades y afición, debe saber que es la parte más valiosa de la fiesta, sólo comparable con la de los becerros que en el campo son destetados. Sin estos dos actores –toro bravo y torero con vocación- el arte del toreo no vale nada.
Y si bien los tiempos que corren no son alentadores en materia vocacional, la disyuntiva sigue siendo la misma: independientemente de la desarticulada estructura del espectáculo taurino en nuestro país, todo aspirante a figura del toreo debe mostrar sus deseos y avances una tarde sí y otra también... aunque toree muy poco en las plazas, a veces en las ganaderías y a diario de salón.
En un esfuerzo sin mayor correspondencia de los jóvenes elegidos para hacer el paseíllo y sin ningún apoyo ni coordinación del resto de las empresas en el país, la empresa de la Plaza México inicia hoy la denominada temporada chica o de novilladas. Doce o más festejos dominicales en los que es de desearse que surjan uno o varios nombres que atraigan la atención del público, no sólo de los asiduos.
La fórmula no es secreta: solamente se trata de arrimarse al toro con conocimiento de causa y, sobre todo, con entrega de enamorado primerizo, al grado de conmover a legos y a conocedores por igual. La técnica se aprende y la aptitud se desarrolla; lo que es muy difícil de transmitir es la actitud, el modo de estar en la cara del toro, ante sí mismo y ante el público, al que siempre hay que seducir. Ahí está el talón de Aquiles de nuestros aspirantes, los más con escaso rodaje cuando llegan a la Plaza México.
Harán el paseíllo Luis Manuel Pérez, El Canelo, originario de Saltillo, quien obtuvo resonante triunfo con corte de dos orejas en la temporada pasada; el hidalguense Miguel Ángel Roldán, y el tlaxcalteca Jorge Zamora, El Espartano, para lidiar un muy bien presentado encierro de la ganadería poblana de Vicencio, propiedad de Julio García Mena.
Se trata de seis ejemplares “para dar espectáculo y emocionar”, esmeradamente criados y cuidadosamente escogidos, tanto por el ganadero como por su conocedor, el matador en retiro Raúl Ponce de León, por lo que, en la medida en que tauridad y personalidad se conjunten, habrán empezado todos con el pie derecho. Mucha suerte.
El próximo miércoles 21, a las 18:30 horas, en el Centro Cultural de la Tauromaquia, al lado de la Plaza México, será presentado el libro de Carlos Hernández Sin sangre, Pajarito, que propone las corridas incruentas como espectáculo alternativo, por los cronistas Mauricio Locken, Juan José Guerra y Leonardo Páez. Asista, se sorprenderá de las posiciones y posibilidades.