■ La Máquina aprovechó su mejor lugar en la tabla para avanzar pues el global fue 2-2

En un par de minutos reaccionó Cruz Azul para ir a semifinales

■ Al término del encuentro se desató un zafarrancho entre los jugadores

■ Itamar Batista puso en ventaja a Jaguares

■ Zeballos y Sabah hicieron los tantos de la remontada celeste

Marlene Santos Alejo

Con lluvia, juego de escasa calidad, bronca y corretiza hasta los túneles rumbo al vestidor, el Cruz Azul en un par de minutos fue besado por la fortuna e hizo dos goles para convertirse en el primer semifinalista, al eliminar 2-1 (global de 2-2) a Jaguares.

Con el marcador empatado, gracias a su mejor posición en la tabla general, La Máquina accedió a la siguiente fase. Los goles de ayer fueron obra de Pablo Zeballos y Miguel Sabah, mientras por la visita marcó Itamar Batista.

Al partido no sólo lo ensució la lluvia, sino también el arbitraje. Hugo León Guajardo quiso ser tan estricto que acabó entrampado en su supuesto rigor. Al inicio presionó con el reloj a los chiapanecos y mantuvo bajo amenaza de expulsión a la nerviosa banca celeste.

El estadio Azul tuvo aceptable entrada pese al estado del tiempo, pero con excepción de la barra Sangre Azul, la gente estuvo silenciosa ante el juego sin coherencia de los suyos. Sabah lució precipitado y más cerca del gol estuvo Joel Huiqui con un cabezazo, pero Jesús Gutiérrez, pegado al poste izquierdo, rechazó.

Peor efecto que el aguacero tuvo en la afición el gol chiapaneco; al minuto 48 Batista aprovechó un pase de Alejandro Vela y definió con precisión.

Sergio Markarián de inmediato hizo un par de cambios: sacó a Édgar Andrade por Pablo Zeballos y a Rogelio Chávez por Jaime Lozano. El pecado de Sergio Almaguer fue su esquema y movimientos defensivos, apostando tan sólo al contragolpe.

Suerte pintada de azul

La suerte se pintó de azul y en una acción donde el esférico pareció perderse entre mil piernas en el área chica visitante, Zeballos logró dar un taconazo para imponer el 1-1. En un abrir y cerrar de ojos, donde apenas se registró la salida de Nicolás Vigneri y el ingreso de Gerardo Lugo, llegó el milagro.

Sabah recibió un largo pase, se perfiló de derecha a izquierda y sacó un riflazo que impactó en el poste izquierdo de la meta del portero Édgar Hernández, la pelota le pegó en la espalda y se metió.

Almaguer muy tarde ingresó a Lenilson Batista. El Cruz Azul comenzó a consumir tiempo, el banquillo local era un manojo de nervios y León Guajardo expulsó al auxiliar Pablo Bengoechea, después a Cristian Riveros y ya en tiempo complementario a Ismael Fuentes.

Una versión afirmó que Gerardo Torrado comenzó las burlas hacia los chiapanecos; en el remolino de reclamos y empellones se alzó la mano del silbante de nuevo con el cartón rojo que dio pie a las corretizas, una contra Gerardo Lugo, quien brincó la publicidad estática.

Almaguer aseguró no haber entendido el origen de la gresca, dijo estar orgulloso de sus jugadores y de su gestión, e iniciará pláticas con su directiva, pues terminó su contrato, aunque admitió: “estoy verdecito (como técnico)”.

Markarián declaró: “Tengo profunda tristeza. Hoy vimos una clara demostración de no querer participar, un rival que trató de hacer su negocio. Cuando el rival se ve perdido, al final pasa lo que pasa”. Su crítica alcanzó al arbitraje por las amonestaciones, pues “haber expulsado a Pablo me parece un acto de autoritarismo.

“En todos los partidos veo agresiones, empujones, cachetazos, pataditas, ¡y no pasa nada!”, agregó. Incluso el Cruz Azul “tiene mote de que arrugamos... y cuando superamos todo nos vemos envueltos en un lío donde hasta pasamos por cobardes, porque corrimos (al vestidor)”.