■ El monarca de la tribu naso autorizó la construcción de hidroeléctrica
Exilian a uno de los últimos reyes tribales de América por una presa
Panamá, 22 de mayo. Tito Santana, uno de los últimos reyes tribales de América, ha sido exiliado de sus tierras en la jungla panameña por una disputa en torno al proyecto de una hidroeléctrica, que ha dividido a su pequeña nación.
El rey Tito, de 40 años, encabeza la tribu naso, uno del puñado de grupos nativos en Latinoamérica que cuentan con un sistema de herencia real reconocido por el gobierno civil.
Pero algunos miembros de la familia real se han puesto en contra de Tito, quien autorizó la construcción de una planta hidroeléctrica en un cristalino río en el territorio tribal en el occidente panameño, causando división entre los 2 mil 500 naso.
“Mucha de nuestra gente está en contra”, dijo Eduardo Santana, sobrino de Tito. “Nosotros estamos viendo que él está vendiendo el pueblo sin importarle el futuro”, agregó.
En 2004, Tito accedió a que el gobierno panameño y la firma colombiana Empresas Públicas de Medellín (EMP) construyeran una planta de 50 millones de dólares para aprovechar la energía del río Bonyic, que fluye a través del territorio de los naso.
La asamblea general de la tribu acusó a Tito de privilegiar sus intereses personales, lo que lo orilló al exilio e instaló a su tío, Valentín Santana, como rey.
Policías fueron enviados a la jungla para evitar choques violentos, mientras que Tito y un centenar de seguidores se asentaron cerca del pueblo de El Silencio, donde los naso cosechan plátano y cacao, y hacen artesanías.
“Hay otros que no están de acuerdo con el proyecto. Yo sé que esto no es positivo”, dijo Tito, quien aún porta su corona de plumas de perico y empuña su bastón ceremonial.
El rey de los naso es reconocido por el gobierno panameño como la máxima autoridad de la tribu y como su representante legal en discusiones con forasteros.
Pese a su expulsión, el gobierno sigue considerando a Tito como el monarca de los naso. Ahora el exiliado mandatario evalúa someter a un referendo la continuidad de su reinado.