■ Presentaron el número 31 de Luna Córnea
La estética de Nacho López tardará en ser asimilada: Monsiváis
Ampliar la imagen Toma realizada por Nacho López en una vecindad de la calle Tacuba, en el Centro Histórico, ca. 1953, incluida en el número de la revista Luna Córnea, en circulación Foto: Fondo Nacho López CNCA-INAH-Sinafo-Fototeca Nacional
El fotógrafo más importante de la segunda mitad del siglo XX mexicano, un artista que tardará en ser asimilado, un periodista y documentalista de vanguardia que, en medio de la prisa, se dio tiempo para prepararse y poder zambullirse con su cámara en la sociedad que le tocó vivir, sobre todo en la ciudad de México, ubicada entre la tradición y la modernidad, lo rural y lo urbano, lo popular y lo glamoroso, la pobreza y la riqueza, una urbe todavía un tanto liberada de la masividad del presente.
Lo anterior se desprende de la presentación del número 31 de la revista Luna Córnea, 500 páginas dedicadas a la vida y obra del fotógrafo mexicano Nacho López y que la noche del jueves fue presentada en el Centro de la Imagen por Alfonso Morales, el director de la publicación, Sergio González Rodríguez y Carlos Monsiváis, quien apuntó en su ponencia Nacho López: la gran crónica del gran artista:
“Frutos de la prisa o de la morosidad, las fotos de Nacho López (Tampico 1923-DF, 1986) cubren un periodo de la ciudad de México y formulan una estética que tardará en ser asimilada. Las fotos citadinas –lo más conocido y lo mejor de Nacho hasta que no diga otra cosa la exploración de las 33 mil fotos del archivo del artista, depositado en la Fototeca del INAH– son en su mayoría colaboraciones para los semanarios Hoy, Siempre! y, especialmente, Mañana.”
Monsiváis, quien no pudo asistir pero cuyo texto fue leído por Estela Treviño, dijo que el resultado de ese trabajo fue un acervo de imágenes en el que se observa una ciudad de México “fantasmal, gris, brillante, regocijada y regocijante, célebre en su anonimato, dividible en barrios y en calles, parrandera, libidinosa, chambeadora, bravera, holgazana, ritual, anárquica. Los adjetivos se encadenan, pero sólo tocan descriptivamente al mundo de Nacho López”.
El fotógrafo y cineasta, continuó Monsiváis, estudia a la ciudad y no se propone hacer arte. “No lo permiten las condiciones, la prisa del periodismo, el mínimo reconocimiento de los valores de la fotografía, el desdén acentuado por la foto de prensa, el escaso aprecio por temas que no reclaman para sí la condición de poéticos. Pero Nacho sí aspira a la condición de artista, y se prepara de modo concienzudo, registra la ciudad en busca de imágenes pertinentes, elige con severidad, al dictamen del azar sólo cuando el azar reúne las condiciones exigidas”.
Por su parte, Sergio González Rodríguez se refirió a Nacho López como un individuo inmerso en las contradicciones de la sociedad que le tocó vivir, destacó sus convicciones de izquierda y nacionalistas, apegadas a la cultura popular, y dijo que en sus imágenes de esta ciudad “tan conflictiva como irrenunciable”, el fotógrafo vislumbró y anunció el futuro inmediato de la urbe con hoy vivimos.
Alfonso Morales, director de la publicación, dijo: “En Luna Córnea nos congratulamos de que las inercias burocráticas, las penurias presupuestales y las erráticas políticas de la institucionalidad cultural no hayan conseguido menguar el entusiasmo por seguir editando una publicación que se reconoce como una de las mejores en su género a escala mundial.”