Usted está aquí: viernes 30 de mayo de 2008 Cultura Bellas Artes ha recibido a pintores “muy menores”, reprocha Cuevas

■ El 5 de junio inaugurarán la primera exposición individual del artista en ese recinto

Bellas Artes ha recibido a pintores “muy menores”, reprocha Cuevas

■ Quizá por mala fe o tontería ni cuenta se daban de que no había expuesto obra ahí, dice

■ Dedicar una muestra al “genial e irreverente” pintor era “necesario e impostergable”: INBA

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Autorretratos con bocetos (escenas de la vida bohemia), obra de Cuevas incluida en la muestra del artista en Bellas Artes Autorretratos con bocetos (escenas de la vida bohemia), obra de Cuevas incluida en la muestra del artista en Bellas Artes Foto: Cortesía INBA

A varios pintores, algunos “muy menores”, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) les organizó exposiciones en el Palacio de Bellas Artes, tal vez porque “eran personas que estaban enchinchando todo el tiempo al jefe del instituto o a quien dirigía Artes Plásticas, pidiéndoles exponer en el que llaman bastión marmóreo. Se les abría la puerta porque fastidiaban con la lata que daban”, señaló José Luis Cuevas.

Durante la conferencia de prensa que se realizó ayer en el máximo recinto cultural del país, precisamente para anunciar que por primera vez se dedicará una retrospectiva para rendir homenaje al pintor, este comentó que en medio siglo nunca se le había invitado a exponer en ese lugar de manera individual.

Cuevas argumentó que quizá fue “por mala fe o tontería, pues a lo mejor ni cuenta se daban de que nunca había estado aquí. Pensé que llegaría la hora de la muerte y no entraría a Bellas Artes, pues el tiempo pasa, de pronto hay problemas de salud y soy hipocondriaco, como ya se sabe”.

Reposicionamiento del artista

Por eso, comentó Ricardo Calderón, subdirector del INBA, la muestra dedicada a José Luis Cuevas, que el próximo 5 de junio inaugurará el presidente Felipe Calderón, resultaba “necesaria, impostergable y obligatoria”, más allá de polémicas y divergencias en torno al pintor, al cual calificó de “genial e irreverente”.

Con la curaduría de Teresa del Conde y Luis Ruis, José Luis Cuevas: exposición homenaje presentará 258 piezas en cuatro salas del Museo del Palacio de Bellas Artes y un par de esculturas emplazadas en la explanada del recinto.

La idea curatorial, informaron, “es reposicionar al artista en nuestro presente, a partir de sus valores intrínsecos, sobre todo entre públicos jóvenes”.

Los 10 ejes temáticos de la muestra son: experiencia del yo; encierro y reclusión; sinestesias, relaciones arte-literatura; paráfrasis, evocaciones; exteriores e interiores; erotismo y placer; experiencia del otro; espacios y personajes del espectáculo: circo, gigantas, toros; vena fantástica y mítica; así como la línea y el concepto.

“Ya era tiempo” (de estar en Bellas Artes), reiteró José Luis Cuevas, al recordar que era una injusticia que no se le hubiera abierto el museo, “por la trayectoria que he llevado a cabo, sobre todo en el extranjero. Fue mi esposa, Beatriz del Carmen, la que le preguntó a Mercedes Iturbe, dos semanas antes de que muriera, por qué no se me había hecho aquí una exposición.

“A partir de ahí surgió la idea, que fue aceptada por Roxana Velázquez, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes.

“Llegar a Bellas Artes no deja de ser emocionante. Conoceré al fin las salas, porque siempre me negué a hacerlo. Mi carrera ha sido terriblemente conflictiva, una vida de encuentros y desencuentros. Fueron muchas las afrentas que recibí en México, pero no hay rencor, menos en estos momentos.”

Excluido de la selección de obra

Sin menospreciar el trabajo de curaduría realizado por Teresa del Conde y Luis Rius, Cuevas consideró que su propia intervención “hubiera sido importante porque estoy vivo, no sé si se han enterado. Aunque la selección de las obras salió del Museo José Luis Cuevas, la responsabilidad cayó en Del Conde y Rius.

“No he visto la exposición, estoy esperando el día de la inauguración y ya veremos qué piezas han sido excluidas y cuáles aceptadas.

“No dudo de ellos, pero quisiera que no se hubiera eliminado ninguna, que se hubieran ocupado todos los maravillosos espacios del palacio, y que sólo mientras dura mi exposición se hubieran tapado los murales de Rufino Tamayo, por ejemplo.

“No estoy hablando mal de él, solo que en ese espacio se hubieran puesto caballetes. Sólo ahí, con los de José Clemente Orozco no me atrevo (a cubrirlos), tampoco con el de Diego Rivera porque me gusta mucho, tampoco con el de Roberto Montenegro, ni el de Manuel Rodríguez Lozano, que está bastante bien.

“¿El de Jorge González Camarena? Ahí pueden poner otro mural, yo lo dono, y que se quedé así de forma permanente”, concluyó José Luis Cuevas en son de broma.

 
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